Tesoros escondidos

Hoy vamos a ir en búsqueda de antiguos tesoros escondidos en nuestras plataformas de streaming. Pero antes de eso, os voy a recomendar una aventura de verdad, de las que te obligan a levantarte del sofá y salir de casa. Una especie de escape-room pero por la ciudad. Es una aplicación muy entretenida, para toda la familia, que se llama MOBILESEEKERS, y está para iPhone y Android. Podéis jugar a la búsqueda del tesoro, por varias ciudades de España. Ávila, Toledo, Madrid y Granda, de momento. Pero pronto habrá más. Recomendación personal.

Y para cuando volváis de vuestra aventura, y os tumbéis en el sofá de nuevo, os traigo un par de tesoros, muy diferentes, pero que tienen en común que son historias muy buenas, y que ya terminaron hace años.

Los de mi generación posiblemente recordaréis Galactica. Una de las películas que nacieron siguiendo la estela de Star Trek y Star Wars, en la que unos robots creados por el hombre, toman conciencia, y destruyen a la humanidad. Los únicos supervivientes, viajan por el espacio, capitaneados por la nave de combate Galáctica, en busca de un nuevo hogar. La película, protagonizada por Richard Hatch, como Apollo y Dirk Benedict, como Starbuck, se convirtió, además, en una serie de una temporada. Curiosidad: Que levante la mano quien recuerde la referencia en el Equipo A, cuando se veía en los títulos de crédito iniciales, a Fénix (Dirk Benedict) cruzarse con un cosplayer vestido de Cilón.

En 2005 Glen A. Larson, creador de la película y la serie (y de otras como McCloud, Las Desventuras del Sheriff Lobo, Camuflaje, El Coche Fantástico, o Magnum), comenzó a sacar brillo a la idea de los reboots, que ahora están tan de moda, y decidió poner en órbita de nuevo a la Galáctica. Los cilones vuelven a ser el enemigo, como años atrás, y vuelven a destruir a la humanidad. Nuevamente, la raza humana debe viajar a lo largo y ancho del universo, en busca de la Tierra, un planeta mítico, que, dicen, podría ser su nuevo hogar.

Pero en esta serie hay algunos cambios, respecto a la de los ochenta. Empezando porque Starbuck es una chica (Katee Sackhoff es la nueva reina del espacio, ya que ha sido Niko en la terrible Otra Vida de Netflix, y, sobre todo, es Bo-Katan en Mandalorian, como anteriormente lo fue en la animada The Clone Wars). Pero la diferencia más importante es que los cilones han evolucionado. Y además de los que ya conocíamos con su luz roja a lo Kitt (firma de la casa de Larson, por lo que se ve; ¿sería el Coche Fantástico un cilón?), ahora existe una clase de cilón idéntica a los series humanos, e imposible de diferenciar. Eso es un problema.

Además de Sackhoff, la serie cuenta con una larga lista de caras conocidas como Tahmoh Penikett, Mark Sheppard, Rick Worthy, Ty Olson (y un montón de actores que han pasado por Supernatural), Tricia Helfer (Lucifer), Grace Park (Hawaii 5-0), Michael Hogan (Teen Wolf), Alessandro Juliani (The 100, Sabrina), Michael Trucco (One Tree Hill), Lucy Lawless (la princesa Xena, que suena para sustituir a Gina Carano en Mandalorian), Edward James Olmos (Miami Vice, Blade Runner), y, como guiño especial a la serie original, Richard Hatch, el Apollo de los ochenta, entre otros.

Es una gran serie de ciencia ficción, aunque con efectos especiales de 2005. El episodio final de la tercera temporada es uno de los mejores que he visto. Muy recomendable para amantes del género. Tiene cuatro temporadas. En Amazon Prime Video.

Si os gusta la violencia y el sexo gratuitos y explícitos, Banshee es vuestra serie. No os van a faltar ninguna de las dos cosas.

Imaginad que un ex-convicto que acaba de salir de cumplir quince años, llega a la pequeña ciudad de Banshee, buscando a la mujer de la que está enamorado, y que se quedó con el botín por el que le encerraron. Lo primero que hace es entrar a un bar a las afueras, a tomarse un trago. Allí conoce al nuevo Sheriff, que está a punto de incorporarse a su puesto, y al que nadie conoce en la ciudad. Con tan mala suerte que un par de sicarios del jefe criminal de Banshee coincide con ambos en el bar. Y acaban muertos los tres: el Sheriff y los sicarios. Así, que el ex-presidiario asume la identidad del Sheriff Lucas, con la ayuda de Sugar, el dueño del bar, un ex-boxeador que también pasó un tiempo a la sombra.

La mujer que había ido a buscar, se ha cambiado de nombre, se ha casado con el fiscal del condado, tiene dos hijos, (un pequeño enfermizo, y una adolescente rebelde de, qué casualidad, casi dieciséis años), y tiene muy pocas ganas de recordar su pasado, del que lleva quince años huyendo, encarnado en la figura del nuevo Sheriff y en la de Job, un haker gay y con un ácido sentido del humor, que también se traslada a Banshee. Los tres huyen de la misma persona. Un mafioso ruso, que, además, es el padre de ella.

En esta serie todo se arregla con una pelea o un polvo. O las dos cosas. Tiene una gran fotografía y ambientación musical. Está protagonizada por Antony Starr, que con la barba y ese carácter socarrón hace que olvides lo mucho que odias a Homelander (The Boys), Ivana Milicevic (Casino Royale, The 100), Ulrich Thomsen, Frankie Faison y Hoon Lee, entre otros. Todos ellos crean una galería de personajes singular y muy original. Tiene cuatro temporadas y una precuela. Está, cómo no, en HBO.

Publicado en Tribuna de Ávila