No me olvido de los Originales

No creeríais que, con lo que me gusta esta serie, (y Elijah), se iba a quedar en un simple «con spin-off propio» en el post acerca de Crónicas Vampíricas. ¿Verdad?

Empecemos por el principio. Sabéis lo que es un spin-off ¿no? Hay ocasiones en que un personaje o un acontecimiento nos gusta tanto, que los creadores deciden darle su serie propia. Acordaos de Los Colby, Frasier, The Flash y Legends of Tomorrow, nuestra Aída, las innumerables franquicias de CSI o NCIS.

En Mystic Falls no tenían bastante con los vampiros, hombres lobo y resto de personajes sobrenaturales locales, así que tuvieron que importar a los Mikaelson. Y no creáis que se limitaron a un par de episodios. Los Originales estuvieron campando a sus anchas tres temporadas. Mataron, murieron, odiaron y se enamoraron. El caso es que ganaron tantos fans que al final Julie Plec y CW (quién si no) decidieron darles vida propia.

Y ¿quiénes son esos Originales? Veamos. Papá y mamá Esther Mikaelson tuvieron un montón de hijos (algo normal hace mil años, dicho sea de paso): Freya, Finn, Elijah, Niklaus, Kol, Rebekah y Henrik. La familia vivía feliz en un pueblo de Noruega. Hasta que una noche, sus vecinos, (que, casualmente, eran hombres lobo) mataron al hijo pequeño. Mikael le pidió a su mujer (que, no sé si os lo he dicho, era una poderosa bruja) que hiciera algo para proteger al resto de la prole.

Y ésta los convirtió a todos, padre e hijos, en los primeros vampiros de la historia. Poderosos e inmortales. Sin embargo, esto provocó que saliera a la luz un importante secreto: Uno de los chicos, (Ni)Klaus resultó ser fruto de una relación extramatrimonial de Esther con uno de los licántropos del pueblo. Esta revelación tuvo dos efectos: Que Klaus se convirtiera, no sólo en vampiro, sino en un híbrido, más peligroso, poderoso y mortal, aún, que cualquiera de sus hermanos. Y que su padre (bueno, ahora ya sabemos que no lo era) se decidiera a matarlo, fuera como fuera.

Y he aquí que los hermanos Mikaelsson juntos, (fieles a su lema, Siempre y Para Siempre) tendrán que pasar siglos huyendo de su padre. Y, poco a poco, Klaus irá transformándose, de chico bueno y dulce en el monstruo despiadado que conoceremos en nuestros días.

Después de su visita a Mystic Falls, Klaus, Elijah y Rebekah van a volver a Nueva Orleans, donde, durante siglos, fueron creando un pequeño imperio, (del que tuvieron que huir) y que ahora les ha sido arrebatado. Y el nuevo «Rey» del barrio francés, (donde la densidad de población sobrenatural es altísima), es Marcel, una especie de hijo adoptivo de Klaus (que además tiene bajo su protección a Davina, una joven bruja). Este fue, además, el causante de la forzada huida de la familia de la ciudad, allá por los años 20 (del pasado siglo).

A su regreso a Nueva Orleans, van a encontrar una guerra entre brujas y vampiros, que además afecta directamente a los licántropos. Y ahí es donde entra en juego Hayley, a la que también conocimos en Crónicas Vampíricas. A pesar de su (mutua) atracción por Elijah, nuestra mujer lobo tuvo un pequeño desliz con Klaus. Y, (nadie pensó que pudiera ser posible) se quedó embarazada de él. La cosa cada vez se embrolla más, ¿verdad? Lógico, es como si estuviera escrita por Shonda Rhimes y Stephenie Meyer. La historia siempre tiene un giro dramático más, y un personaje querido menos.

Estamos esperando que empiece la cuarta temporada, que este año han programado corta y tardía. Dentro de poco más de un mes, justo la semana después de la emisión del último episodio de la serie de la que nació (que esta misma semana ha rodado la última de sus escenas, y que nos ha sido relatada, paso a paso, por todos sus protagonistas, incluida, Nina Dobrev). ¿Qué futuro le espera a los Mikaelson? ¿Será esta también su última temporada? Esperemos que no.

Algo más adulta que la serie madre, es muy recomendable para amantes del género. En TNT y Netflix.

Publicado en Tribuna de Ávila