Hombres Lobo

No lo voy a negar. Hay series y películas que son realmente malas, y sin embargo nos enganchan (los “placeres culpables” de los que hablan los americanos). No voy a dar aquí ejemplos, pero cuando llega el verano, muchas veces lo que nos apetece es ver o leer cosas que nos distraigan sin más, sin atender a su calidad. Es, sin embargo, en esta época en la que he hecho algunos de mis mayores descubrimientos. Y no. Este de hoy no es uno de ellos. Pero cuando Netflix te hace una recomendación, muchas veces haces caso sin saber muy bien porqué.

Bitten es una serie canadiense, hecha con actores cuyos nombres no son muy conocidos, pero cuyas caras hemos visto en multitud de series, preferentemente en las (muchísimas) que se graban en el país de la hoja de arce. Sus protagonistas son Laura Vandervoort, Greyston Holt, Greg Bryk y Steve Lund como Elena, Clay, Jeremy y Nick.

Jeremy es el alfa de la manada de hombres-lobo del territorio de Norteamérica. Y no estoy haciendo un uso sexista de la palabra “hombre lobo”. Es que solo los hombres pueden serlo. Bien por nacimiento, cuando su padre también lo es, en cuyo caso el niño debe abandonar a su madre, cuanto más pronto mejor, y ser criado por su alfa, o bien por mordedura. Nunca, en la historia una mujer ha conseguido sobrevivir la primera transformación tras ser mordida. Hasta que llegó Elena.

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Es esta información que os acabo de desvelar, desconocida para el resto del mundo. Y es que la primera ley que por la que se rigen es que nadie, nunca, puede saber de su existencia. En el momento que un humano descubre la verdad, debe ser eliminado. Otro detalle importante, los hombres no se convierten en lobo con la luna llena, lo hacen a voluntad, generalmente,( o cuando se encuentran bajo un estado de presión o excitación que domina sus sentidos). Es por esto que suelen tener tiempo de quitarse la ropa y doblarla e incluso esconderla, cuidadosamente, antes de convertirse. Nada de jirones, ni camisas destrozadas. Es esta la serie en la que más traseros (quiero decir, culos) he visto hasta la fecha. Por que lo que no llevan nunca es ropa interior. Demasiado esfuerzo.

El caso es que Elena no es muy feliz con el hecho de que Clay, la mordiera, y aunque está contenta de haber sobrevivido, con el tiempo decide abandonar la manda, irse a vivir a Canadá, y hacer una vida “normal”. Trabaja como fotógrafa, y tiene un novio, con el que vive, y con el que se va a casar pronto, que por supuesto no sabe nada de su pasado. (Entre otras cosas, porque tendría que matarle). Pero cuando su familia, su manada, corre peligro,  necesita acudir en la ayuda de Jeremy, la única figura paterna que conoce, y sus “hermanos”. Volver a su casa (una mansión rodeada de bosque, con muchos escondites) va a implicar reencontrarse con Clay, que no solo la mordió, sino que además está loco por ella. Se nota por lo muchísimo que sufre cada vez que la mira.

El choque de las dos vidas de Elena va a ser más peligroso y complicado de lo que ella esperaba (cosa que a ninguno de los espectadores sorprende), y va a tener que lidiar, además con los sentimientos encontrados que su reencuentro con su ex le producen, mientras le oculta la verdad a su actual pareja.

Ya os he avisado de que salen un montón de culos en esta serie, pero, no os preocupéis porque sus propietarios son unos hombres (y alguna mujer) con unos estupendos cuerpos, así que en realidad, es una de las mejores cosas de la serie. Mucho mejores que los guiones, bastante previsibles, y a veces aburridos. Es sorprendente que, después de la segunda temporada, (bastante lenta) renovaran por una tercera y última. Para ver en tardes de calor, en las que no tengáis nada mejor que hacer. En Netflix.

Publicado en Tribuna de Ávila