El asesino perfecto no tiene amigos, sino objetivos.
«Azoth estaba agachado en el callejón y el lodo frío se le metía entre los dedos de los pies»… Así empieza El camino de las sombras, el primer libro de la trilogía El Ángel de la noche. En él Brent Weeks nos cuenta la historia del joven Azoth, y de su transformación de uno de los ratillas de Hermandad de Las Madrigueras, que viven en la calle, mendigando, robando o lo que sea, por un mendrugo de pan, en Kylar, el Barón de Brent, el aprendiz, aun sin Talento, del mejor ejecutor de Cenaria: Durzo Blint.
Según te adentras en la historia vas conociendo mejor este mundo y los personajes: Aleine IX, un rey que ascendió al trono a base de traiciones y asesinatos. Mama K, que dirige toda la prostitución de Cenaria y preside el Sa’kagé, la organización que representa el auténtico poder en la sombra. Logan, heredero de la casa de Gyre, y el mejor amigo de Kylar. El bueno del Conde Drake y su familia, protector y mentor de Azoth. Muñeca su pequeña amiga de las Madrigueras. Y un amplio catálogo de magos, asesinos, soldados, conspiradores y jóvenes enamorados. Y te ves inmerso en una enmarañada historia de aventuras, traiciones, sentimientos encontrados, y magia.
Brent Weeks es el autor de la trilogía, cuyo capítulo de agradecimientos es de los mejores que he leído.