Cuentistas

Los cuentos clásicos siempre han sido una buena fuente de inspiración para series y películas. El año pasado terminó Grimm, y este mismo hemos visto el último episodio de Érase una Vez. Así que necesitábamos un relevo. Y este ha llegado bajo el (original) nombre de Tell Me a Story (Cuéntame una historia). Pero no esperéis una serie de mucha fantasía, con personajes de fábula, y mucha alegría, mezclada con misterio. Esta es una colección de historias entrecruzadas, moderna y cruda, que tiene lugar en la ciudad de Nueva York.

Si hubiera que hablar de un personaje central, se podría decir que, en realidad, se trata de un escenario, una discoteca, donde se van a encontrar (en mayor o menor medida) los diferentes personajes, y sus historias entrecruzadas.

Por un lado nos encontramos a Kayla, una adolescente rebelde y problemática, que acaba de mudarse a casa de su abuela paterna, desde California, con su padre, que ha venido a trabajar como chef al restaurante de un hotel. En la discoteca, en la que se ha colado con un carnet falso, como todas las chicas malas, va a ligar con un chico, al que no dirá ni su nombre ni su teléfono. Con lo que no contaba era con encontrarse con que es su profesor, cuando llega al instituto a la mañana siguiente. Eso va a ser un problema.

En la misma discoteca trabajan como go-gos (¿aún se llaman así?) Gabe y Billy. Una noche van a la habitación de hotel de un amigo de Billy, a celebrar una “fiesta” de drogas y sexo. En un forcejeo entre los tres, accidentalmente, el amigo se golpea con una mesa y muere. Eso va a ser un problema.

Uno de los camareros de la discoteca es Eddie. Eddie es drogadicto, y debe mucho dinero, así que accede a trabajar con su hermano y otro antiguo compañero, en el atraco de una joyería. Las cosas no van a salir como se esperaba, y van a resultar dos víctimas mortales. Y eso va a ser un problema.

Una de las víctimas es Beth, que había acudido a la joyería para comprar su anillo de compromiso con su novio Jordan, el dueño del hotel en el que trabaja el padre de Kayla. ¿Veis cómo todo está relacionado?

La serie cuenta con algunos nombres muy conocidos para los seriéfilos. Paul Wesley, el recordado vampiro Stefan Salvatore, por fin interpreta a un personaje de su edad: el macarra Eddie (que viene a ser el Donnie que hizo en The O.C., hace quince años, con quince años más). Danielle Campbell (Davina de Los originales) es Kayla, y por el contrario, sigue encarnando a adolescentes a sus veinticuatro años. El hermano de Eddie es Michael Raymond-James (una de esas personas que tiene tres nombres de pila, y nunca sabes cuál de los tres es su apellido), que fue un humano entre vampiros en otro clásico (True Blood), y es el punto de conexión entre esta serie y su predecesora (Érase una vez). En el cast también podemos encontrar a Billy Magnussen, James Wolk, Kim Cattrall, a los que unos conocerán por clásicos de los ochenta como Golpe en la pequeña China o los Cuentos del Mono de Oro (más cuentos) y otros por Sexo en Nueva York, y Sam Jaeger entre otros. 

¿Que dónde está lo de los cuentos? Aparte del abrigo rojo con capucha que la abuela de Kayla le ofrece, o las máscaras de cerdos que se utilizan para el atraco, poco a poco, iréis encontrando las referencias. Ya veréis. Acaba de ser renovada para una segunda temporada. Está disponible en HBO.

Publicado en Tribuna de Ávila