Hacía tanto que no leía un libro «de adultos», que esté ha sido como un bofetón.
Y es que la historia de Harley Altmyer, precedida de una buenísima crítica en USA, recomendada por la diosa Oprah, y el New York Times, y futura película producida por Michael Ohoven, es tan brutal, que me dejó conmocionada.
Harley tiene viente años, vive en un pequeño pueblo de Pensilvannia y acaba de convertirse, a la fuerza, en el cabeza de familia.
Su madre ha sido condenada a cadena perpetuia, por matar a su padre maltratador. Así que Harley ha de hacerse cargo de sus tres hermanas (de dieciséis, once y seis años), mantenerlas unidas, protegerlas, conseguir que no dejen los estudios, cuidar al perro, pagar las facturas, la hipoteca (con sus dos trabajos apenas llega a todo), acudir a terapia todas las semanas, intentar conseguir novia, (o al menos alguien con quien practicar sexo de una vez) y además debería cortar el césped.
Pero aún hay más, porque la historia comienza con Harley siendo interrogado por la policía, por el asesinato de una mujer, y ya desde las primeras páginas te das cuenta de que, aunque en el fondo es un buen chico, su cabeza no parece funcionar como es debido. Y mientras está en la comisaría empieza a recordar algunos momentos de su vida, que lo confirman, y te lleva, al menos, a vislumbrar algunas de las circunstancias que le han llevado a esa sala de interrogatorios, y te desvela oscuros secretos cada vez más escabrosos.
Lo he pasado tan mal con la historia, que voy a ver si encuentro alguna de magos, vampiros guapos o adolescentes vestidas de rosa chicle, para quitarme el mal sabor de boca de este magnífico libro.
Publicado originalmente el 26/04/2012