Una lección de Historia

Siempre he sido un desastre en Historia. Puede que sea mi memoria de pez. O que nunca he encontrado un profesor que supiera engancharme. Y eso que mi profesora del colegio, tenía fama de muy buena.

Y, sin embargo, de un tiempo a esta parte, la Historia me parece interesantísima. Me pregunto si Ragnar Lothbrok (escrito Lodbrok en algunos sitios) y Jamie Fraser tendrán algo que ver… No sé a quién pretendo engañar. Esta semana os voy a hablar de dos series, ambientadas en lugares y épocas diferentes, que tienen dos cosas en común. Son de gran calidad histórica y tienen unos protagonistas de caerse de espaldas.

 

 

VIKINGOS.

Vikingos me la recomendó mi amigo Nacho. No creí que me fuera a gustar, porque no coincidimos nunca. Somos diametralmente opuestos en cuanto a cine y series se refiere. Incluso siendo del mismo equipo de fútbol, él odia a mis jugadores favoritos. A veces me pregunto si lo hace a propósito.

Creí que, una vez más, íbamos a diferir, porque, al principio a la serie le cuesta coger el ritmo. La historia de Ragnar en su pueblo natal, su disputa con el jefe local, los pequeños problemas domésticos, son acontecimientos algo lentos. Pero según avanza la primera temporada, te atrapa. Si vais a empezar a verla, hacedme caso y dadle una oportunidad.

 

El personaje (que existió realmente) de Ragnar Lodbrok, es el de un hombre (aparentemente) sencillo.  Es agricultor, padre, marido y guerrero a partes iguales. Pero su inconformismo, sus ganas de saber más, de ser más y de vivir más, le acabaran convirtiendo en rey. Y empezará por la conquista de su propio pueblo.

Luego, harto de las aburridas habituales incursiones en regiones cercanas, convencerá a Floki, el constructor de barcos local, (y uno de los personajes más locos y simpáticos de los últimos tiempos) para que construya una nave que les permita viajar más lejos, empezando por Inglaterra, en la compañía de su hermano Rollo (que quiere y odia a Ragnar a partes iguales),  del propio Floki y el resto de hombres y mujeres que componen su pequeño ejército.

Hablando de mujeres.  Yo de mayor quiero ser lagarta, digo, Lagertha, la primera mujer de Ragnar, madre de su hijo Bjorn (interpretado por Alexander Ludwig, el Cato de Los Juegos del Hambre), inteligente, sexy, valiente, guerrera, testaruda. La mujer ideal. Ragnar lo sabe. Ella lo sabe. Pero los hombres a veces… Ya se sabe. Llega una más alta, más joven y con un padre más famoso, y pierden el norte, por muy nórdicos que sean.

De Inglaterra Ragnar se va a traer no sólo algunas riquezas, sino a Athelstan, un religioso cristiano, que le hará ver las cosas de otra manera. Y creará algunos celos entre su círculo más cercano. Y luego llegará París, y uno de los episodios bélicos más épicos de cuantos se han visto en la televisión. Pero eso es ya en la tercera temporada.

 

 

No tiene nada que envidiar a Juego de Tronos. Es violenta, no gore. Tiene escenas de sexo, pero no explícito. Con gran profusión de abdominales. Es corta, muy corta (sólo diez episodios por temporada) y rigurosa, no en vano es una serie producida por The History Channel. En España se puede ver en Antena 3,  tras su emisión en TNT. Y están a la venta las tres temporadas, la cuarta se estrenará en abril. Para amantes de la historia y las batallas.

 

OUTLANDER.

Hablando de series explícitas. Si lo que buscáis es eso, Outlander es para vosotros. No me refiero solo al sexo. Hay, por ejemplo, una escena en la que una mujer se saca la leche, (para luego tirarla) que, sinceramente, (por muy natural que sea, y muy a favor de la lactancia materna que se esté), me parece innecesaria.

Pero empecemos desde el principio. He de confesar que no he leído los libros de Diana Gabaldón (mejor, así no puedo quejarme, otra vez, de la adaptación. Para los que no me conocéis, uno de mis mantras es “La adaptación no puede ser idéntica al libro”.) Me recomendó la serie Rocío, una amiga con la que he tenido más contacto en los últimos dos ó tres años, gracias a las series y las redes sociales (hablando de redes sociales, ¿tenéis Twitter? El mío es @ociozine), que en toda nuestra vida. Y nos conocemos de toda la vida. Es otra seriéfila apasionada como yo, y solemos ver las mismas, comentamos y nos recomendamos mutuamente, como en este caso.

No tenía ni idea de qué iba, ni de lo que me iba a encontrar en Outlander, excepto a Sam Heughan. Pero eso eran ya buenas referencias. Me quedé un poco sorprendida, puesto que creía que, por una vez, me había “librado” de la fantasía (cuando no son vampiros, son fenómenos paranormales, superhéroes o extraterrestres; si no fuera por Anatomía de Grey…) Pero no, esta también es de fantasía.

Claire Beauchap Randall es una enfermera inglesa de campaña en la Segunda Guerra Mundial. Está casada con Frank, un feúcho (al menos para mi gusto) profesor universitario, apasionado de la Historia en general, y de la búsqueda de sus raíces escocesas en particular. Para celebrar el fin del conflicto bélico, deciden pasar unas vacaciones en la zona de los Highlands, en Escocia, donde vivieron los antepasados de Frank, entre los que destaca «Black» Jack Randall, un sanguinario y sádico oficial inglés destinado en la zona. El viaje además servirá como segunda luna de miel, puesto que después de varios años separados por la guerra, han de volver a conocerse, y por qué no, volver a enamorarse.

Una noche, la de Halloween, no podía ser otra, deciden presenciar un ritual celta en el círculo de piedras de Craigh na Dun.  En un lugar tan mágico, y una noche tan mágica, algo tenía que pasar, claro. Así que, repentinamente, Claire será transportada en el tiempo, y aparecerá, en el mismo sitio, pero en 1743. Aunque, en un principio, ella no lo sabe. Y con el primero que se va a encontrar, vaya casualidad, va a ser con el mismísimo Black Jack, que resulta ser una fotocopia de su marido. Pero sólo se parecen físicamente. El “angelito” a los cinco minutos de conocerla, ya está intentando violarla. Afortunadamente, parte del clan de los MacKenzie llega a tiempo de rescatarla.

Gracias a este encuentro no solo va a salvar la vida, sino que va a conocer a Jamie Fraser, un sobrino de los jefes del clan, que odia especialmente a Black Jack, por haber destrozado su (madre mía, qué pedazo de) espalda, dejándolo además al borde de la muerte. El grupo la toma bajo su protección, tomándola por una druida. A ello va a contribuir que, gracias a sus conocimientos médicos, es capaz de curar a Jamie que había resultado herido por el camino.

Claire, (en una época totalmente desconocida para ella)  es trasladada al hogar de los MacKenzie, y va a utilizar esos conocimientos médicos y lo aprendido junto a su marido historiador, para intentar ganarse la confianza de los jefes del clan, Dougal y su hermano Colum, que creen que es una espía inglesa. Le va a costar. Su plan es escapar y volver a Craigh na Dun, y a su tiempo cuanto antes. Y eso le va a costar todavía más.

Mientras, irá conociendo a Jamie. Bueno, romántico, y con esa planta. E irá metiéndose en problemas. Y la solución a estos, será siempre él. Y una cosa llevará a la otra… Así que, a pesar de estar “tan” enamorada de su marido, poco a poco, las cosas irán cambiando. No nos vamos a engañar. Él está tremendo (ojo, que ella fue modelo de Victoria Secret), son los protagonistas de la historia, y las fotos promocionales no esconden nada. Ya os podéis imaginar lo que pasará. Pero no todo.
Serie adulta y bastante romántica. Perfectamente ambientada, tiene ese pequeño toque de fantasía, que puede gustar a todo el mundo. La primera temporada se emitió en MoviStar Series (antes de la transición MoviStar/Digital Plus, no sé qué planes hay para la segunda temporada) y acaba de salir a la venta en España.

Publicado en Tribuna de Ávila