20 años no es nada

Lo siento, no quiero estaros recordando siempre lo mayores que nos hacemos. Pero es que los datos están ahí. Ayer se cumplieron veinte años desde que se estrenó la serie Buffy Cazavampiros. ¿La recordáis? Ella fue la precursora de los Hermanos Winchester, de Nick Burkhardt, del Ichabod Crane de la tele…

¿Cómo es posible que una serie tan, digamos, cutre, con esos maquillajes y unos efectos especiales de los años 80 (a finales de los 90) nos ganara de esa manera? Siete temporadas, un spin-off, una adaptación para el cine y mil referencias en otras películas. Supongo que todo se debe al hecho de que fue ideada por Joss Whedon, un auténtico dios del frikismo, creador o guionista de (atentos): Buffy y Angel, Firefly, Serenity, Los Vengadores o Agentes de SHIELD, además de clásicos infantiles como Toy Story, Titan A.E. o Atlantis el Imperio Perdido. Casi «ná».

 

Buffy Summers era una elegida. Cada generación tiene una. Una Cazadora. Ella es la encargada de eliminar a los vampiros y demás seres sobrenaturales que amenazan a la humanidad. Buffy vive en Sunnydale, una pequeña ciudad americana, donde se encuentra un centro de energía maligna, y se concentran la mayoría de esos seres malvados. Pero además de eso, Buffy es una adolescente «normal», es animadora, y (como he leído por ahí) no es la típica rubia que siempre es la primera en morir en las películas de miedo, sino que es la que se carga a los malos. Buena chica.

Pero no está sola. Siempre puede contar con su «Scobby Gang» (casualmente, Sarah Michelle Gellar, luego protagonizaría las películas de Scobby Doo, donde conoció a su marido), formada en un principio por Xander y Willow, sus compañeros de clase, y Giles, el bibliotecario que esconde, en realidad a un Vigilante, cuya misión es dar apoyo a Buffy. Pronto irán sumándose a la pandilla Cordelia, la niña pija del colegio, que, sin querer se verá envuelta en mil aventuras, y Angel, el vampiro bueno, que se enamorará locamente de la cazavampiros, y cuyo amor será (casi) imposible. Con el tiempo, otros personajes irían llegando a Sunnydale, como Oz (el novio de Willow) o Tara (la novia de Willow), o Spike el vampiro malo, que acaba cayendo bien a todo el mundo y ligándose a la chica. Y tantos personajes de ida y vuelta a los que nos acostumbran esas series de muchos episodios, más aún cuando existe un componente sobrenatural que permite que los muertos no lo estén definitivamente.

¿Y qué ha sido de los actores principales a lo largo de estas dos décadas? Pues Buffy  parecía destinada a películas de miedo como Sé lo que Hicísteis el Último Verano, Scream 2 o Crueles Intenciones. Aunque también ha participado en varias series (como Todos mis hijos), y doblado otras (es Seventh Sister en Star Wars Rebels). Hemos visto a Xander en varios episodios de Mentes Criminales, de novio friki de García, a Giles en Dominion haciendo de malo y en Percy Jackson haciendo de Pierce Brosnan.

Pero sin duda a los que mejor les ha ido ha sido a Willow, una de las protas de Cómo Conocí a Vuestra Madre, y a Angel, (que tuvo serie propia) y que es el encantador Seeley Booth, en Bones, otra serie a la que diremos adiós este año. (Voy a agotar las existencias de kleenex).

Y hablando de adioses, de kleenex, y de series sobrenaturales, sólo deciros que, también ayer, se emitió el último episodio, doble, de Crónicas Vampíricas. Menuda panzada de llorar.

Buffy se emite actualmente en SyFy. Os la recomiendo como ejercicio de nostalgia. No olvidéis poneros vuestro yo de los 90.

Publicado en Tribuna de Ávila, el 11.03.2017