Según santa Wikipedia, Ciencia Ficción es «un género especulativo que relata acontecimientos posibles desarrollados en un marco puramente imaginario, cuya verosimilitud se fundamenta narrativamente en los campos de las ciencias físicas, naturales y sociales. La acción puede girar en torno a un abanico grande de posibilidades (viajes interestelares, conquista del espacio, consecuencias de una hecatombe terrestre o cósmica, evolución humana a causa de mutaciones, evolución de los robots, realidad virtual, existencia de civilizaciones alienígenas, etc.)»
Los de mi generación tuvimos la suerte de vivir una época de películas inolvidables como (por citar solo algunas) Encuentros en la Tercera Fase, ET, Galáctica, (que tuvo su propia serie en los 80, con un potente remake entre los años 2004 y 2009) Star Trek (convertida ya en franquicia), Terminator (Sarah Connor también tuvo su serie), Juegos de Guerra, y, por supuesto, la trilogía Star Wars. Cuando éramos pequeños (o al menos más jóvenes) nos encantaban las películas de ciencia ficción. Pero, ¿qué pasó cuando crecimos?
Esta semana os voy a hablar de un par de series de clásica ciencia ficción (de la de toda la vida) con extraterrestres, inteligencia artificial y virus apocalípticos. Series que se emiten en el verano estadounidense, porque cuando la temporada regular acaba, los americanos, y el resto de los mortales también vemos la tele.
The Last Ship, está protagonizada por Eric Dane (que fue Marc Sloan en Anatomía de Grey, y que es uno de esos actores a los que suelo seguir) que interpreta a Tom Chandler, el capitán del destructor de la marina norteamericana Nathan James. Y que tiene que salvar el mundo.
Su tripulación, siguiendo órdenes, lleva meses (forzosamente) incomunicada, ayudando a la doctora Rachel Scott, una reconocida investigadora y epidemióloga, en un importante estudio, del que no saben mucho. Cuando, al fin, les permiten restablecer las comunicaciones y van a volver a casa, descubren que una pandemia (que va a resultar provocada por el mismo virus que estaba investigando la Dra. Scott) ha infectado a toda la población mundial, y la gente está muriendo sin control ni solución. Ellos están libres del virus, puesto que no han tenido contacto con nadie en semanas, y, además, viajan con una especialista en la materia, que lleva tiempo con su investigación. Así que van a resultar los únicos (o quizás no) capaces de encontrar la cura.
Por supuesto el virus no es el único enemigo al que se van a enfrentar. Caudillos centroamericanos o estrategas rusos, son algunos de los obstáculos que encontrarán en la carrera contrarreloj para salvar lo que queda de humanidad. Y, mientras, nosotros iremos conociendo a la tripulación, y las relaciones personales entre ellos, como debe ser.
Por cierto, ¿Recordáis de aquella escena en la que Sloan salía de la ducha en toalla? No, no esperes que se repita. Los abdominales de Dane ya no son lo que eran; los años pasan para todos.
Están disponibles las dos primeras temporadas en DVD. El próximo mes de junio se estrenará en USA la tercera; TNT, que es el canal que la emite, aún no ha confirmado la fecha de estreno de esta en España.
Extant, es una de esas series que consiguieron enganchar a un espectador difícil como mi marido. Y no es solo por el hecho de estar protagonizada por una de sus mujeres favoritas (siempre estoy hablando de los actores que me gustan a mi, alguna vez le tenía que tocar el turno a las actrices que le gustan a él), si no porque, por fin, encontró una historia de ciencia ficción interesante. Al menos en una primera temporada impecable.
Halle Berry es Molly Woods, una astronauta que ha pasado trece meses en el espacio en una misión en solitario. A su vuelta a la tierra se va a ver relacionada, por separado, con dos de los principales tópicos de la ciencia ficción: la vida extraterrestre y la inteligencia artificial.
Su marido, John, junto a su equipo (Charlie y la grimosa Julie, que es la hija de Meryl Streep) es especialista en robótica, y ha creado un humanoide, al que el matrimonio adopta como su propio hijo; de esa manera puede aprender a ser humano como aprendemos los humanos, desde pequeño. Ethan es un “niño” normal; muy curioso, excesivamente inquisitivo, en ocasiones da un poco de miedo y está magistralmente interpretado por Pierce Gagnon.
Pero es que, además, mientras estaba en órbita, Molly recibió la visita de Marcus, su novio fallecido hace años, y padre de un bebé que perdió en el mismo accidente de coche. No podía tratarse de nada más que de una alucinación, provocada por el aislamiento y la larga estancia en el espacio. El problema es que, a su vuelta, Molly está embarazada, y es este el único “contacto” que ha tenido en más de un año. Todo es muy raro. ¿Tendrán ambas circunstancias alguna conexión, o serán hechos aislados, y simplemente, es que Molly tiene cierto imán?
Cuenta la serie con actores muy conocidos de otras series o películas, como la amiga anticuaria de Entre Fantasmas, Max, el aliado de Carrie Mathison de Homeland, la odiosa Doctora Leah Murphy de Anatomía de Grey, la madre de los hermanos Salvatore, o el vampiro Demetri, que demuestra que el equipo de maquillaje y peluquería de la saga Crepúsculo merece sufrir largas horas de tortura. Y, terminada la primera temporada, llega la gran sorpresa, puesto que Jeffrey Dean Morgan, (nuestro Denny Duquette, o John Winchester; vale, también es El Comediante y últimamente se le conoce por Negan, o por tantos otros personajes) hace su aparición, como una especie de caza-recompensas, duro, sexy y que conduce un coche clásico, (¿os suena?) que dio muchas alegrías a sus fans, pero no consiguió convencer al canal, que canceló la serie tras su segunda temporada.
Solo una cosa más… ¿Cómo es posible que una mujer que ha sido Tormenta y Catwoman (no muchos pueden presumir de haber sido personajes tan importantes de Marvel y de DC) no haya aprendido aún a correr con tacones?
El DVD se encuentra en Amazon y la primera temporada se emitió en La Sexta (creo). Ignoro qué planes tienen para la segunda, porque lo de Atresmedia y su programación de series sí que es de ciencia ficción.
Publicado en Tribuna de Ávila,