Hay libros, canciones, series, películas, cantantes o actores con los que me puedo volver un «pelín” obsesiva. Pero eso ya lo habréis notado. Mi última fijación se llama Jeremy Jordan. Y no. No es alto ni guapo. Simplemente me ha enganchado su voz y su increíble forma de cantar.
Todo empezó en el episodio musical de Supergirl y The Flash del cual os hablé hace algunas semanas. En uno de los números, los actores que interpretan a Cisco, Malcolm Merlyn y Winn (nuestro Jeremy) cantaban junto a Darren Criss, el “Put a little love in your heart”, de Dolly Parton. Y en un par de estrofas me enamoró. Llamadlo amor a primera escucha. Decidí investigar un poco más al chico. No es la primera vez que lo hago, ni la primera vez que un actor me lleva a descubrir nuevas series interesantes.
De Jeremy aprendí que es actor de teatro, que ha trabajado en Broadway en obras tan conocidas, como West Side Story, Rock of Ages, Bonnie and Clyde y Newsies (por la que estuvo nominado a un Tony como mejor actor); que entre otras cosas, también ha protagonizado una película con Queen Latifah y (precisamente) Dolly Parton y otra con Anna Kendrick y, entre otras series, es uno de los personajes principales de Supergirl y de la (segunda temporada) de la serie de la que os voy a hablar hoy. Smash.
Empezaré por decir que Smash es una serie musical que se emitió entre 2012 y 2013, basada en el mundillo teatral de Broadway, y producida por Steven Spielberg. Solo tuvo dos temporadas, y la verdad, no necesita más (incluso yo le habría quitado un par de episodios que se hicieron un poco largos, dejándolo en treinta, en lugar de los treinta y dos, que, dicho sea de paso, vi del tirón en un fin de semana), que van desde el momento en que a Houston y Levitt (Debra Messing y Christian Borle) se les ocurre la idea de crear un musical basado en la historia de Marilyn Monroe, hasta la gala de ceremonia de los Tony año y pico después.
Ya podéis imaginar que en una comunidad tan reducida y creativa como la que integra una producción teatral, y que pasa tanto tiempo junta, las relaciones personales son intensas y variadas. Vamos, líos amorosos a «tutiplén», traiciones, puñaladas, alcohol, algo de droga, y mucha pasión entre canción y canción; he de decir que aquí cantan en el escenario, y no hay, apenas, canciones que aparezcan de la nada como sucede en otros musicales, (a no ser, eso sí, que estén soñando o imaginando).
Julia Houston es la mitad literaria de un conocido tándem creativo teatral. Ella se encarga de escribir los libretos y las letras de las canciones. Tom es la otra mitad. Es su mejor amigo, gay, (parece el sino de Messing) y se hace cargo de la música.
Julia está casada con un profesor de instituto. Tienen un hijo adolescente y además, están intentando adoptar una niña (uno de los fallos de esta serie es que hay arcos argumentales que, a veces, se pierden, como este).
Tom Levitt es el «marido» profesional de Julia; sin pareja estable, (aunque lo intenta) acaba de contratar a un nuevo asistente. Uno de los personajes más conocidos en las series y películas basadas en el mundo del espectáculo: el trepa, dispuesto a lo que sea (lo que sea) para subir un escalón.
Julia y Tom, para su nueva obra «Marilyn, El Musical» (con el tiempo acabará por llamarse Bombshell) van a acudir a Eileen Rand (fabulosa Angelica Houston) que está en pleno proceso de divorcio de su marido, con el que formaba una de las parejas más poderosas del business, y con el que había producido decenas de obras, para unirse al proyecto. Eileen tendrá que luchar contra viento y marea (y tirar a la cara de su ex unos cuantos cócteles) si quiere sacarlo adelante.
Solo falta decidir quién dirigirá la obra, y la misión correrá a cargo de Derek Wills, que también se encargará de la coreografía. Derek es inglés, atractivo (Jack Davenport gana mucho con las canas y la barba de tres días, si lo comparamos con el Norrington de Piratas del Caribe), mujeriego y suspenso en delicadeza (y, además, mi personaje favorito de la serie).
Entre los cuatro han de elegir el cast, sobre todo a la actriz que interpretará a Marilyn. La complicada decisión está entre dos mujeres, muy diferentes: la ingenua Karen Cartwright, la perfecta Norma Jean, que ha llegado de Iowa, y trabaja de camarera esperando que llegue su oportunidad; o la voluptuosa Ivy Lynn, a la que ves e inmediatamente imaginas cantando eso de «My heart belongs to daddy», y que lleva años intentando salir del fondo del escenario donde trabaja de bailarina en el coro, y ocupar el centro del cañón de luz.
A partir de ahí se irá construyendo la historia, fuera y dentro del escenario, salpicada de magníficas canciones originales, acompañadas de alguna conocida versión, mientras vamos conociendo los entresijos del complicado y oscuro negocio teatral. No podéis imaginar lo difícil que puede llegar a resultar construir una obra de éxito.
¿Que si hay personajes invitados? Desde Uma Thurman, pasando por Jennifer Hudson, Nick Jonas, Sean Hayes (el Jack de Will y Grace), Jesse L. Martin (con un cartel de Rent colgado en su despacho), Grace Gummer (la hija de Meryl Streep), hasta Liza Minelli, interpretando a Liza Minelli, por poner algunos ejemplos.
Lo emitió AXN, aunque actualmente no está en ninguna parrilla. Sí lo podéis encontrar a muy buen precio en DVD. Llevan años corriendo rumores de que Bombshell se convertirá en una auténtica obra de Broadway, pero nunca terminan de confirmarse. Sería una magnífica idea. Absolutamente recomendable para amantes del género musical.
Publicado en Tribuna de Ávila