¿Ya habéis descubierto a Josh Duhamel? 1,93, cuarenta y tantos, guapo-guapo… ¿no? Estuvo casado con Fergie, y aún después del divorcio, tuvo el valor de defenderla, nada menos que en el programa de Ellen, después del himno americano que cantó espantosamente en el partido de All Stars de la NBA. Pues si vosotras no os habéis fijado aún en él, que sepáis que la mujer de Stephen Amell (por el que tantas suspiramos, también) sí.
El caso es que Netflix me ha cogido el tranquillo. Me ha ofrecido todas las comedias románticas de su catálogo. Todas. Buenas, malas y espantosas, en todos los idiomas. Entre ellas Life as we know it (o «Como la vida misma») con Duhamel como protagonista, junto a Katherine Heigl.
Nuestro chico es Eric Messer (aunque todo el mundo le conoce por su apellido, que juega un poco con las palabras y su personalidad), un macizo motero y despreocupado, que trabaja como ayudante de realización de transmisiones deportivas (le pagan por ver baloncesto), y que se lleva de calle a (casi) todas las mujeres.
Holly tiene una «coffee shop» que desearía convertir en un restaurante. Es una gran cocinera, algo paranoica y «control freak» (básicamente el papel de Heigl en todas sus comedias románticas) y su novio de más de tres años la acaba de dejar. Por aquello de que disfrute un poco de la vida, su mejor amiga le prepara una cita a ciegas con el mejor amigo de su marido. Messer. La cita es un desastre. En realidad no llegan ni a arrancar el coche.
Los años pasan, y Holly y Messer siguen viéndose en todos los acontecimientos importantes del matrimonio; aunque no se gustan demasiado, se acaban tolerando con el tiempo. Hasta que llega la desgracia. La pareja fallece en un accidente de coche, y en su testamento dejan a Holly y Messer su casoplón y la custodia de Sophie, su hija de un año.
Después del mazazo doble, ambos deberán tratar de salir adelante en una paternidad que no esperaban. Para ello tendrán que cambiar sus vidas, y hacer que su relación sea algo más amistosa. Afortunadamente contarán con la ayuda de una canguro adorable, varias parejas de vecinos y un pediatra divorciado.
Se me olvidaba, está dirigida por Greg Berlanti (sí, el mismo que consintió que el final de Supergirl y Mon-El fuera un desastre sin ningún tipo de emoción). En Netflix