Hace poco estuve unos días de baja. Cuando estás sentada en un sofá, sin poder hacer nada más que estar sentada en un sofá, solo te quedan tres cosas: dormir, leer y ver la tele. Y os aseguro que hice las tres. Y tuve tiempo para empezar, (y, en algunos casos, terminar) varias series. Entre ellas, las dos de hoy.
Últimamente leo que en Hollywood se quejan de que no hay papeles interesantes para las actrices, sin embargo (a mi entender), abundan las series protagonizadas por mujeres fuertes, inteligentes e independientes, de algunas de las cuales he hablado ya aquí. Y, hoy voy a dedicar mi post a dos bastante especiales. Una es una zombie. La otra no sabemos quién es.
Es curioso, porque con lo que me gusta la fantasía y la ciencia ficción, el tema zombie nunca me ha atraído demasiado. Baste decir que el otro día empecé (de una vez) a ver la primera temporada de The Walking Dead, de la que prometo hablar más adelante.
iZombie es otra serie de mi cadena amiga, que (por supuesto) no es Tele5 (canal prácticamente prohibido en mi casa), sino la americana The CW, que emite mis series favoritas (Sobrenatural, Arrow y The Flash, que han terminado sus temporadas esta semana, para mi gusto, a cada cual mejor, aunque no todo el mundo está de acuerdo), y otras muchas más que veo.
Olivia Moore es una chica normal. Hija y hermana modelo. Volcada en su trabajo, está haciendo la residencia en un hospital, tiene novio para casarse (Robert Buckley, el actor que lo interpreta, es la actual pareja de Lea Michele, lo que me produce sentimientos encontrados), tiene una guapísima compañera de piso, y una vida feliz.
A pesar de ser una chica tranquila, a la que no le gustan mucho las fiestas, un día decide ir a una a la que la han invitado, en un barco. Allí corre el alcohol y cierta droga desconocida, (que le ofrece un David Anders teñido de rubio platino) que ella rechaza. Pero aquellos que la toman, sufren una repentina y violenta urgencia y empiezan a atacar y devorarse unos a otros. Liv es atacada cuando intenta escapar y muere ahogada. Lo siguiente que sabemos es que parce no estar (del todo) muerta, puesto que sale, por su propio pie, de una de esas bolsas con cremallera donde se guardan cadáveres.
Hablando de David Anders (el tío/padre de Elena Gilbert en Crónicas Vampíricas); me gustaría que alguien de CW me explicara qué tipo de contrato hacen a (algunos de) los actores, a los que encuentras en todas sus producciones. Uno de los ejemplos más llamativos es Ty Olsson, al que hemos visto con papeles más o menos importantes en Arrow, The Tomorrow People, Los 100, Sobrenatural, Bella y bestia y en iZombie. Pero no es el único. Algún día tengo que estudiar el asunto con más detenimiento.
Perdón por el inciso. A lo que iba. Olivia descubre que es una zombie, pero como es una chica educada y con estudios, decide seguir comportándose como un ser civilizado; ¿dónde puede comer cerebros, (siempre con mucho picante) sin que nadie los eche de menos? En la morgue. Así que, tras romper con su prometido, empieza a trabajar como ayudante de un forense un tanto friki (que además la cala enseguida).
Su nueva dieta va a tener dos efectos secundarios: Uno es que, temporalmente, va a adoptar los rasgos de personalidad del fallecido de turno; el otro es que va a tener visiones de las vidas de cada uno de ellos. Teniendo en cuenta que los cuerpos llegan allí para que les sea practicada la autopsia, este don va a resultar muy útil en la investigación policial. Así que, compinchada con su jefe, va a convencer a un detective de homicidios algo gruñón de que es una vidente, (lo de estar «no-viva» es información que el policía no necesita saber realmente), y va a ayudar a resolver un montón de casos.
Mientras, tendrá que lidiar con su madre y su hermano, su ex y su compañera de piso que no entienden el cambio radical que ha sufrido su vida, su imagen y su carácter. A ver cómo se las apaña, sin que se enteren de su nueva condición. Y, para colmo, va a resultar que el suyo no es un episodio aislado…
Se emite desde esta semana en AXN. Recomendada para amantes del género y de las adaptaciones de cómics (está basada en uno de la editorial Vertigo, una de las filiales de DC) y de comedias de humor negro y policial.
Vayamos con Blindspot: Imaginad la situación. En mitad de Times Square aparece una bolsa de viaje. Todo el mundo cree que es una bomba. Pero cuando los artificieros la abren descubren a una mujer desorientada y desnuda y con el cuerpo completamente cubierto de tatuajes.
Nadie sabe quién es, ni siquiera ella misma. Sus huellas y ADN no aparecen en ninguna base de datos. En mitad de su espalda, en uno de sus múltiples tatuajes, todos distintos, todos misteriosos, está escrito un nombre y unas siglas: Kurt Weller y FBI.
Efectivamente Kurt Weller es un atractivo agente del FBI (interpretado por Sullivan Stapleton, el Temístocles de 300: El origen de un imperio) que no conoce de nada (o a lo mejor sí) a la misteriosa Jane Doe (que es como llaman los americanos a los desconocidos) pero que se va a hacer cargo de intentar descubrir de quién se trata, quién ha borrado su memoria y porqué y qué misterios ocultan los dibujos que cubren su cuerpo.
Para ello va a contar con la ayuda de su equipo, una latina y un negro, (para que luego digan que no hay diversidad en las series) y la informática rubia e ingenua (siguiendo el modelo de García y Felicity) y bajo el atento escrutinio de su jefa (lesbiana y negra), que, como siempre ocurre en estos casos, tiene mucho que ocultar.
Mientras, Jane Doe (además de estar muy bien) va a resultar que está muy bien entrenada. Al modo profesional. Sabe luchar, disparar, habla varios idiomas, como chino o búlgaro (no me hagáis que os cuente el chiste) y va a resultar un buen complemento para el equipo, aunque no es habitual que un “civil” participe en su propia investigación. Pero es que cada uno de los tatuajes de su cuerpo les va a llevar a una nueva amenaza, y quien los puso ahí sabía que ella sería vital para resolverlos.
Recomendado para amantes de las series de acción y misterio, también lo emite AXN.
