Un universo diferente (primera parte)

No lo podemos negar. Los superhéroes están de moda. DC y Marvel se han hecho con las pantallas, grandes y pequeñas. Siempre había habido películas de Superman, Spiderman, Batman, la Patrulla X, incluso (válgame el cielo) de Daredevil. Pero en fue 2005 con el comienzo de la trilogía de Nolan sobre Batman, y, poco después, con la primera entrega de Iron Man, cuando las productoras descubrieron el gran filón.

Tras las películas, lógicamente, llegaron las series. Tantas, que podría estar horas hablando de ellas. Pero no quiero alargarme (más). De ahí que haya decidido dedicar un post a algunas de las series de Marvel (este) y otro a las de DC (el de la próxima semana).

Marvel ha sido algo más prolífica en el cine que su rival, y menos en la tele, algo que parece a punto de cambiar, gracias a un acuerdo cerrado recientemente con Netflix. Hasta el momento yo destacaría, dos de sus series (lo siento, Agente Carter, otra vez será), muy distintas entre ellas.

AGENTES DE SHIELD:
A todos se nos hizo un nudo en la garganta, a algunos hasta nos brillaron los ojos, cuando Loki mató al agente Phil Coulson a bordo del cuartel general volador de Los Vengadores.

Ese agente bajito y gris, cargante, en ocasiones, al que vas tomando cariño según le vas conociendo a través de las películas, persona de confianza de Nick Furia, enamorado de una violonchelista, fan del Capitán América desde niño, y pieza fundamental en el complicado ensamblaje que unió al grupo de superhéroes que salvó Nueva York. Y el mundo.

¿Qué os parecería si os dijese que Coulson no está muerto? Estaba de parranda. En Tahití. Muy mal se le tendría que dar la cosa a una agencia tan poderosa como S.H.I.E.L.D., si no pudiera usar uno de los múltiples ases que guarda en la manga, para salvar a uno de sus agentes más valiosos. Es más, el propio Furia va a poner a cargo de Phil Coulson un equipo secreto para la investigación de algunos incidentes, presumiblemente aislados, que están teniendo lugar en la América posterior a la Batalla de Nueva York.

Para ello contará con un pequeño, pero valioso equipo, formado por Melinda May, una súper-agente, escogida personalmente, que pilota aviones, conoce mil técnicas letales y nunca sonríe. La acompañan el misterioso Grant Ward (el guapo de la serie, más aún cuando se deja la barba), y Fitz-Simmons, que aunque no lo pudiera parecer en un principio, son dos seres independientes. Jemma Simmons y Leo Fitz, son dos jóvenes «sobradamente preparados», especialistas en medicina, física, robótica, y cuantas ciencias se os ocurran que puedan resultar útiles para luchar frente a posibles amenazas, terrestres o extraterrestres. Lo único en lo que no son los números uno es la informática. Esa es Skye, una hacker huérfana y antisistema, que acabará por unirse al equipo, a cambio de ayuda para conocer algo sobre su pasado.

Solo necesitan un avión ultra secreto y a Lola (el Chevrolet Corvette rojo de 1962 de Coulson) para luchar contra los diferentes villanos que les harán frente, y contra una amenaza mayor, que se vislumbra en el horizonte.

Interconectada con las películas, esta serie coral que ha ido madurando y creciendo en interés, episodio a episodio, no tiene grandes historias de amor, ni «macizos» oficiales, como otras de su categoría. Se emite en Cuatro y Fox. Muy recomendable.

DAREDEVIL.
En la «guerra» entre Marvel y DC, siempre he estado en el bando de los primeros. Incluso, hace un montón de años, completé, yo solita (sin ayuda del coleccionista de cómics Marvel con el que estoy casada), semana a semana, en el kiosco, una colección de Daredevil. Yo no lo sabía entonces, pero eran los principios del mismísimo Frank Miller. Matt Murdock, ha sido siempre mi personaje Marvel favorito, sin lugar a dudas. Y eso que Robert Downey Jr. y Ben Affleck han hecho mucho por intentar que eso cambiara.

No sé si todos conocéis la historia de Matt, el hijo de un boxeador, pobre pero honrado, que, siendo un niño, evitó que un camión cargado de basura radiactiva atropellara a una persona. Él fue el afectado. El accidente le dejó ciego. Pero esa no fue la única tragedia de su infancia ya que, además, su padre fue asesinado por intentar seguir siendo honrado.

Lo que muy pocos saben es que la misma radioactividad que le robó la vista, desarrolló su oído, y le proporcionó un sexto sentido, que le permite desenvolverse mucho mejor que si, simplemente, viera. Eso unido a un durísimo entrenamiento físico, le ha convertido en abogado de día y superhéroe enmascarado de noche.

No es Daredevil una serie de continuo puñetazo y aventura sin fin, como otras del estilo. Es oscura, con episodios lentos, casi monográficos. Y en una serie de 50 minutos por capítulo podría hacerse pesado. Pero no; los personajes son tan acertados y la adaptación es tan buena (a pesar de las licencias cinematográficas), que disfrutas igualmente con el speech de diez minutos de un abogado ante un jurado o con un hombre mirando fijamente una pared.

Grandiosos Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio), némesis de Murdock, Ben Urich (Vondie Curtis-Hall) el periodista que intenta ayudarle, y Foggy Nelson (Elden Hendon) su socio y mejor amigo. El protagonista, Charlie Cox, (que tiene un tipazo y cierto aire a Robert Pattinson con las gafas), hace una interpretación prácticamente perfecta de «El hombre sin miedo» (Recomiendo encarecidamente verla en V.O.S.). No veo el momento de que estrenen la segunda temporada y verle, por fin, vestido de rojo «volando» entre los tejados de New York.

Actualmente puede verse la primera temporada, entera, en Netflix. Muy recomendable.

Publicado en Tribuna de Ávila