Mystic City, de Theo Lawrence

Este futuro sí que da miedo, por lo real que podría ser. Es un futuro no demasiado lejano, en el que el calentamiento global ha derretido los polos. La Antártida y Australia han desaparecido y las ciudades están inundadas. En esta desolación Manhattan sigue (casi) como siempre. La gente bien vive en rascacielos aún más altos, y se traslada en trenes aéreos y los pobres viven a ras de suelo, en una Venecia moderna, y se trasladan en góndolas.

00000001621-1Pero es que además, como si de una historia de Stan Lee se tratara, existen una raza diferente. Los Místicos, seres que irradian energía y que tienen poderes especiales: todos pueden curar, pero algunos, además, pueden atravesar paredes, cambiar su apariencia o manejar los elementos.

Los poderosos les temen, así que, haciéndoles pasar por terroristas, les obligan a censarse y a perder sus poderes drenándolos, dejándolos sin apenas fuerzas, y utilizándolos como mano de obra barata y suministro de energía de la ciudad. Con lo que sobra, se fabrica una droga de diseño llamada Stic.

En este mundo vive nuestra protagonista, Aria Rose. Curioso el personaje que habla en primera persona, aunque el autor sea un hombre, y hay momentos en los que se nota.

A lo que iba, Aria Rose es la hija de uno de las dos familias de mafiosos adinerados rivales «dueñas» de Manhattan, que durante años se han enfrentado por la alcaldía de la ciudad. Aria sufre amnesia, y no recuerda nada de su prometido, Thomas Foster, el hijo de la otra familia.

Por lo que le han contado, tuvo una sobredosis de stic que casi la mata, y no recuerda su apasionado romance, al más puro estilo Romeo y Julieta con el hijo del mayor enemigo de su padre, ni cómo han conseguido convencer a las familias para que, no sólo consientan su amor, si no que además estén entusiasmados con la idea de la boda. Pero es que este enlace va a unir a las dos familias frente a un enemigo común. Una mística que se presenta a las elecciones frente al candidato de Fosters y Roses, el hermano de Thomas, y que tiene muchas posibilidades de ganar.

Pero, en este ambiente enrarecido previo a las elecciones que podrían alejar del poder a su padre y su futuro suegro, Hunter, un atractivo chico misterioso se cuela en la vida de Aria, y la va a cambiar. Ella empieza a sentir algo por él, algo que ¿nunca antes? había sentido.