Hacía un montón de años que no iba a un pase de prensa. Tenía que ir a este, porque, desde que vi el cartel de la película, tenía muchas ganas de verla. El libro de Alexandra Bracken me gustó mucho. Y lo bueno es que hace tanto tiempo que lo leí, que no he sufrido mi síndrome comparativo habitual. Y no he tenido que sufrir.
Imagina que un día, de repente, empiezan a morir los niños; así por las buenas, el 90% de la población infantil desaparece. Y los supervivientes adquieren diferentes poderes. Unos desarrollan una inteligencia superior, otros telequinesis, o la capacidad de dominar la electricidad.
Bueno, también están los que tienen poderes telepáticos, y aquellos que pueden matar solo con la mirada. Pero de esos no queda ninguno, porque los responsables de los campamentos donde van a ser recluidos (y clasificados por colores, verdes, azules o amarillos, según sus habilidades y peligrosidad) van a encargarse de “ eliminar “ a todos estos naranjas y rojos.
Eliminan a todos excepto a Ruby, nuestra heroína, claro, que es una naranja lo suficientemente lista como para forzar a su examinador para que la clasifique como verde y salvar la vida.
Pero, después de algunos años, su secreto va a quedar al descubierto, y se ve obligada a escapar ayudada por una doctora, que lidera un grupo de resistencia (Mandy Moore utiliza el mismo tono dulce y maternal con ella que con sus “trillizos”).
De repente Ruby se va a encontrar con otro grupo de chicos, Chubs (verde), Zu (amarilla), y Liam (azul, guapo, valiente, y bueno) huyendo de todo y de todos, en especial de Lady Jane, una cazarrecompensas en el cuerpo de una Gwendoline Christie con pelucón.
Juntos intentarán encontrar un campamento secreto, en el que esperan vivir felices y en libertad.
El trailer es un puro spoiler. Vedlo bajo vuestra responsabilidad.
De los productores de Stranger Things y La Llegada, se estrena el 10 de agosto.