Materia oscura

Esta semana ha comenzado el hiatus de verano, la mayor tortura para los seriéfilos, también conocida como “hellatus” (hell es infierno en inglés), que transcurre desde finales de mayo a principios de octubre. Unos ciento cincuenta días en los que te preguntas qué habrá pasado con tus personajes favoritos, que generalmente se quedan colgando de un acantilado, (otro término inglés para describir esos finales) al final de cada temporada. Este año han muerto (o podrían haber muerto) más “fan-favorites” que en los últimos cinco, por lo menos.

 

No me preguntéis cómo descubrí la serie de la que os voy a hablar hoy, porque no lo recuerdo. Supongo que estaría buscando algo para ver en esta época del año. El hiatus es el momento perfecto para encontrar nuevas joyas o empezar por fin con esas que llevas acumulando en tu lista de pendientes.

Al grano, Dark Matter. Hoy toca ciencia ficción clásica. Todo comienza en una nave espacial a la deriva, cuyos tripulantes se encuentran es estasis (no confundir con éxtasis), y que por algún motivo van a ir despertando de sus cápsulas, de uno en uno. Pero con una particularidad. No recuerdan absolutamente nada. Ni quiénes son, ni como se llaman, ni qué hacen en la nave. ¿Y ahora qué? Lo primero, numerarse y ponerse un nombre. O viceversa. Así que lo más fácil es un nombre-número, según su orden al despertar.

Uno, es un chico con cara de bueno, y pinta de serlo. Dos es una guapísima chica con la que nadie puede, inteligente y preparada para cualquier pelea. Tres es el típico socarrón, que aparenta ser más malo de lo que de verdad es. Cuatro es muy callado y con pinta de acabar de salir de una peli de Chow Yun‑Fat. Cinco es una niña con el pelo de colores, cierta tendencia a combinar estampados, y un cerebro superdotado para los ordenadores. Seis es un tipo grande y fuerte, con apariencia de tener un corazón tan grande como él (o tal vez nos tenga engañados a todos). Y luego está, por supuesto, la adorable Androide, programada para ayudar a la tripulación en todo cuanto esté en su mano.

Juntos tienen una difícil labor por delante: descubrir su identidad, qué hacían en la nave, y quién y porqué borró sus memorias. Pronto sus pesquisas irán encontrando algunas respuestas, aunque no todas son lo que esperaban. Al parecer todos ellos (menos cinco) son un grupo de mercenarios, cuya última misión no es precisamente humanitaria. Así que con esas nuevas “identidades” y personalidades, deciden hacer lo contrario que se esperaba de ellos. Eso no les va a granjear demasiadas simpatías con aquellos que les contrataron, y, si tenemos en cuenta que son unos conocidos delincuentes (por todos menos por ellos mismos), se van a encontrar en una difícil posición. Huyendo de unos y de otros por toda la galaxia, mientras intentan sobrevivir con pequeños (y a veces no tan pequeños) “trabajitos” que les permitan sobrevivir y seguir huyendo, mientras se van conociendo, ellos mismos y unos a otros. Como podréis suponer está basada en una novela gráfica.

Las dos primeras temporadas de Dark Matter se emiten en SyFy. Y pronto se estrenará la tercera. Recomendada para amantes del género.

Publicado en Tribuna de Ávila