Más vikingos

Ya sabéis que últimamente, la industria del cine y la televisión vive de rebootsremakes y spin-offs. Y hoy vamos a hablar de uno de ellos. Vikings es una de las mejores series que hemos visto en la última década, (aunque yo habría prescindido de un par de temporadas). Y a Netflix ha llegado la continuación, Vikings-Valhalla.

Ubicada en el tiempo cien años después de la época gloriosa de Ragnar y sus hijos Bjorn Ironside o Ivar the Boneless. Ahora la reina de Kattegat es mulata (ahora me explico lo de la Valkyrie de Thor), y la mitad de los vikingos son cristianos, y llaman paganos a los que siguen la religión de sus ancestros (y les tratan como a todos).

Mientras, en Inglaterra, los descendientes de Ragnar viven tranquilos, en paz con los ingleses. Hasta que el rey decide matarlos a todos. Lógicamente, los vikingos no van a dejar esa afrenta sin venganza. 

Así se unen todos, cristianos, paganos, y un grupo de groenlandeses que pasaban por allí, para luchar contra los que han matado a sus familias, y cortarle la cabeza al rey. Nunca es todo tan fácil ni tan directo. 

La primera temporada (ya ha sido confirmada la segunda) tiene acción, luchas épicas, sangre y sexo. Como la primera temporada de su hermana mayor, no da tiempo a aburrirse, pero, se pasan un poquito con las referencias a Ragnar, Rollo y toda la saga Lothbrok, como si no hubiera habido más vikingos en los cien años trancurridos. 

Los protagonistas son guapísimos, como no podía ser menos, y cuesta decidirse entre Sam Corlett (Leif) o Leo Suter (Harald). También hay chicas, pero no he sido capaz de apartar los ojos el tiempo suficiente de ellos dos, como para fijarme en nada más. 

Imprescindible para los amantes del género. Como he dicho antes, está en Netflix.

Publicado en Tribuna de Ávila