Las apariencias engañan

Hay algo que me pasa contínuamente. Cada vez que le digo a la gente que escribo un blog sobre series, todos empiezan a preguntarme por sus series favoritas. El noventa porciento de las series por las que me preguntan, no las he visto nunca. Es más, hay algunas de las que no he ido hablar en mi vida. Aunque también hay muchas en mi lista de pendientes.

Pero, es que he de deciros algo: el día tiene veinticuatro horas; de las cuales paso ocho trabajando, y, al menos, siete durmiendo. Y además tengo una familia, y algo de vida. Eso deja un tiempo muy limitado para ver un número determinado de series. Como ya sabéis, hay algunas que no me pierdo, y sigo semanalmente (de quince para arriba), en temporada regular. Más las de enero, abril y verano. Así que tengo que decidir, a conciencia, qué nuevos shows dejo entrar en mi vida, y cuáles no. Además, yo no tengo el mismo gusto que la mayoría de gente de mi edad, así que hay muy pocas personas por las que me deje aconsejar, aunque me gusta escuchar nuevas opciones.

Pero mis amigas Ángela y Marisa sé que son de plena confianza, y cuando me hablan de una serie, sé que hay un alto porcentaje de posibilidades de que me guste. Ellas me recomendaron la primera serie de la que os voy a hablar hoy: Younger.

Imaginad a Liza, una de esas mujeres que después de criar a su hija y recién divorciada, necesita volver a trabajar. Cuarentañera (odio la palabra cuarentona), y muy bien conservada, trabajaba en el negocio editorial, hasta que se casó. Y ahora imaginad une de esas compañías, plagadas de millenials, que creen que, simplemente, es demasiado vieja.

Así que Liza, decide ir con su mejor amiga a tomar algo por ahí; beber para olvidar. Y en un bar es donde cambiará su vida, cuando Josh, un estupendísimo veinteañero, le tira los tejos, creyendo que ella es de su misma generación.

¿Qué pasaría si Liza se hiciera un pequeño cambio de imagen, y se hiciera pasar por lo que no es? Pues que una editorial se cree su mentira, y la contrata. Y, de repente, se encuentra trabajando como asistente (y, lo mejor de todo con posibilidades de mejora), de una prepotente editora, incluso más joven que ella, mientras se ve obligada a mantener el papel que se ha inventado, para lo que tendrá que hacer un curso aceleradísimo, con la ayuda consciente, o incosnciente, de sus amigos y compañeras (entre las que se encuentra Kelsey, en la vuelta de Hillary Duff a la tele).

Younger es una comedia de esas cortitas (veinte minutos). Está basada en una novela homónima escrita por Pamela Redmond Satran, y está producida por Darren Star, de cuyas manos salieron Sensación de vivir, Melrose Place o Sexo en Nueva York. Se emite en TNT.

Y, si nos vamos a dejar engañar por las apariencias, imaginad a Jamie Bell, aquel niño menudo que no quería ser boxeador, sino bailarín, y que nos hizo llorar a todos en Billy Elliot, (obra que se estrenará el próximo otoño en Madrid), como un granjero-espía; en realidad él tampoco quería ser espía, pero, esta vez, no consigue escapar de su destino.

Turn, Espías de Washington, también está basada en una novela, escrita por Alexander Rose. Y nos cuenta la historia de una curiosa red de espías, formada por un grupo de amigos de la infancia de un pueblo de Long Island durante la Guerra de la Independencia Americana.

Abraham Woodhull es granjero. Está casado con una mujer de la que no está enamorado, y está enamorado de una mujer que se casó con otro. Se lleva fatal con su padre, el Juez Woodhull. Y, ante todo, se siente culpable por la muerte de su hermano, en la guerra.

El problema es que su pueblo está ocupado por los ingleses, y, que, sin comerlo ni beberlo, y, por supuesto sin que lo sepan ni su mujer, ni su padre, se va a ver envuelto en una red de espionaje formada por sus dos mejores amigos, y la mujer de la que está enamorado (causa más que suficiente, no nos vamos a engañar), y que va a ser de extraordinaria ayuda, nada menos que a George Washington.

Sorprende la imaginación que se gastan en una época sin apenas medios, para poder hacer llegar la información, no en vano, se dice de ellos, que fueron los padres del espionaje moderno, y la primera red de Estados Unidos.

Cuenta esta serie con uno de los malos más odiosos de la historia reciente de la televisión, (y eso es mucho decir, existiendo Cersei yJoffrey Lannister o Ramsey Bolton), John Simcoe, Teniente o Capitán, dependiendo de la temporada, del ejército inglés, y que es uno de los mayores atractivos del show.

Muy entretenida, aunque a veces cuesta seguir el hilo, (como sucede en muchas de estas historias de enredo de época), es, con diferencia, la serie menos sangrienta de las que ha producido AMC, que actualmente emite la cuarta y última temporada.

Publicado en Tribuna de Ávila