Que la fuerza os acompañe

Lo sé. Llego tardísimo. Debe de estar ya todo dicho sobre El Despertar de la Fuerza. Pero yo y mi obsesión por la versión original, estábamos obligadas a viajar a Madrid (VOS en los cines de Ávila ya, ¡por favor!), y para eso tenía que esperar a estar de vacaciones. Y como mi amigo Félix (uf, suena a canción triste) me pidió expresamente mi opinión… Soy débil de espíritu.

El caso es que había tenido bloqueados a la mitad de amigos y páginas de Facebook, Instagram y Twitter, para evitar los spoilers. Increíble, pero lo conseguí. ¿Os imagináis que hubieran existido redes sociales cuando se estrenó El Imperio Contraataca? ¿O El Sexto Sentido? Ya estoy viendo los trending topics: #LukeYoSoyTuPadre o #EstabaMuertoTodoElTiempo. Soy una fan absoluta de los social media, pero para mantener un secreto de esas dimensiones, no son de mucha ayuda.

Grease y La Guerra de las Galaxias son las dos primeras películas que recuerdo haber visto en el cine. Incluso hice la colección de cromos de esta, aunque nunca conseguí terminarla (confieso que la única que completé en mi infancia fue la de Superman II.) Sin embargo, por algún motivo que nunca llegaré a entender, (supongo que ser hija única, de familia monoparental, y que mi madre no haya sido nunca muy fan de la ciencia ficción es motivo suficiente) no vi El Imperio Contraataca hasta 1987, en una sesión de cine de la academia donde estudiaba inglés, en versión original, sin subtítulos. No me enteré de mucho, (mi nivel de inglés en la época dejaba bastante que desear), pero, sin duda, aquel «I am your father», y por supuesto, (ya lo decía el primer día)  mi diálogo de amor favorito, ese «I love you. I know» fui capaz de pillarlos.

Luego conocí al que hoy es mi marido, y a toda su panda de hermanos, primos y amigos adoradores de la trilogía (que se sabían diálogos completos, en cualquier idioma de la galaxia) y ya nunca pude (ni quise escapar). Al fin y al cabo, las tres primeras, (es decir los episodios IV, V y VI) son obras maestras. Nadie puede negar que Una Nueva Esperanza (nuestra Guerra de las Galaxias de toda la vida) cambió la historia del cine. Y hay mucha gente que considera El Imperio Contraataca aún mejor. Los Ewoks no tienen tantos fans. A pesar de que tuvieran su propia serie en los 80.

No diré mucho de la segunda trilogía, (que en la línea temporal es anterior.) Teníamos tanta ilusión por volver a sumergirnos en el universo Star Wars, echábamos tanto de menos la sensación, que aceptamos lo que nos dieron por bueno. Con el paso del tiempo (algunos antes que otros) hemos ido admitiendo que las películas nunca estuvieron a la altura y hemos ido renegando de ellas. Y es que Jar Jar Binks es un personaje insoportable, la relación entre Anakin y Amidala un pastiche; recibimos trato de idiotas por parte de los guionistas, que dieron demasiadas vueltas para que no quedaran cabos sueltos (y encima fallaron.) ¿De verdad era necesario que Padme dijera los nombres de los niños con su último aliento? ¿Había alguien que no supiera que los mellizos eran Luke y Leia?  ¿Qué demonios es eso de los midiclorianos? Lo único bueno, de verdad, como siempre, la música de John Williams.

No es de extrañar que muchos tuviéramos reservas cuando anunciaron la séptima entrega. Claro que el hecho de que el trío protagonista original estuviera confirmado, nos dio «una nueva esperanza». Sé que ha habido críticas de todas las tendencias, pero, habiendo visto la película sólo una vez, (tendré que verla cinco o seis veces más, por lo menos) puedo afirmar que me ha gustado. Mucho.

Hemos vuelto al planteamiento original. Sin personajes innecesariamente estrambóticos. Con paralelismos y guiños a la primera película. Con una nueva heroína para las niñas, como en su día fue la Princesa Leia (la única princesa aceptada por todas las madres, incluso las que huyen del rosa, los brillos, y el concepto Disney), un nuevo héroe socarrón, y un nuevo malo malísimo. Eso sí, el guapo de la película vuelve a ser el mismo; Harrison Ford, que a sus más de setenta, sigue siendo el más atractivo de todos. Lo cual es aún más llamativo al lado de Carrie Fisher, a la que se le ha ido, mucho, la mano con el bótox.

Voy a intentar resumir el argumento sin caer en el spoiler. Va a ser difícil. La Primera Orden, un ejército compuesto en su mayoría por Soldados de Asalto, con sus blancos uniformes-armadura, comandados por un malvado general y un misteriosos personaje enmascarado y oscuro, intenta dominar la galaxia, eliminando planetas enteros. El ejército rebelde, su único obstáculo, lucha contra ellos, con todas sus fuerzas. Mientras, un habitante de un planeta desértico, que sueña con ser piloto, tendrá que proteger a un simpático droide que oculta información vital, huyendo en el Halcón Milenario, y deberá encontrar a un viejo caballero Jedi. No, no me he equivocado de película.

El caso es que el caballero Jedi que todos buscan es Luke Skywalker, y la información que oculta el pequeño BB-8 es el mapa para llegar a él, ya que desapareció hace años y ni su propia hermana Leia, la Princesa, digo, la General, sabe dónde está. Rey es una chatarrera que vive en un planeta hostil y desértico, mientras espera que su familia (que nadie sabe quién es, aunque todos tenemos nuestras teorías) venga a buscarla. Finn es un soldado de asalto desertor que ayuda al mejor piloto del ejército rebelde a huir y salvar a su droide. Pronto encontrará a Rey, y juntos escaparán en una nave abandonada para chatarra, que va a resultar ser, nada menos, que el Halcón Milenario. Ese momento en que Han Solo y Cheewbacca entran en la nave, y Han dice «Chewie, hemos vuelto»… ¿Qué? ¡No es ningún spoiler! ¡Salía en el trailer!

¿Qué queréis que os diga? Si aún no la habéis visto. ¡Corred al cine! Podéis verla en 3D si lo preferís. Pero no os la perdáis. Y ya podéis contar los días. Falta menos de un año para el estreno del episodio VIII.

Que la fuerza os acompañe en el nuevo año.

Publicado en Tribuna de Ávila