No hay quinto malo. The Punisher (o El Castigador)

Os acordáis, hace un par de años, cuando las series de Marvel/Netflix llegaron a nuestros dispositivos? (lo de pantallas ha quedado un poco anticuado) Los superhéroes empezaban a ponerse más de moda que nunca. Siempre había habido películas de SupermanSpidermanBatman, la Patrulla X, incluso (válgame el cielo) de Daredevil. Pero fue en 2005, con el comienzo de la trilogía de Nolan sobre Batman, y, poco después, con la primera entrega de Iron Man, cuando las productoras descubrieron el gran filón.

Yo tengo debilidad por Daredevil; Matt Murdock, ha sido siempre mi personaje Marvel favorito, sin lugar a dudas. Y eso que Robert Downey Jr. y Ben Affleck han hecho mucho por intentar que eso cambiara. Incluso hace un montón de años, completé, yo solita, semana a semana, en el kiosco, una colección que resultaron ser (yo no tenía ni idea, que conste) los principios del mismísimo Frank Miller.

Resultó que Daredevil no era una serie de continuo puñetazo y aventura sin fin, como otras del estilo. Oscura, con episodios lentos, casi monográficos pero con unos personajes tan acertados y una adaptación tan buena (a pesar de las licencias cinematográficas), que disfrutas igualmente con el speech de diez minutos de un abogado ante un jurado o con un hombre mirando fijamente una pared.

Tampoco es que Jessica Jones resultara ser una serie para niños; (psicológicamente) violenta y con (algunos) momentos sexualmente explícitos, conocimos a un personaje mucho menos popular para los profanos, una investigadora privada que no duda en utilizar el sexo para obtener lo que quiere y tiene un serio problema de alcoholismo. Vamos, una Mike Hammer del siglo XXI. Pero con poderes. Y la única capaz de sobrevivir a un “polvazo” (perdonen ustedes la expresión, pero no hay otra forma de describirlo) con el indestructible Luke Cage.

Para quien no lo sepa, soy una talibán de la versión original y nunca en mi vida he estado más agradecida por los subtítulos que viendo Luke Cage, la serie con el inglés más negro que he escuchado nunca. Y con el mejor R&B actual. ¿Os disteis cuenta del detalle de Faith Evans, la viuda de Notorious B.I.G., (al que ella y Puff Daddy o como-quiera-que-se-llame-ahora dedicaron el I’ll Be Missing You) cantando en el local de Cottonmouth, que tiene una gigantesca foto del finado en su despacho? Soy una fan de las referencias.

Érase una vez un guapo heredero de una conocida y adinerada familia que salió de viaje con sus padres. Pero un desgraciado accidente los mató a todos. O eso creía todo el mundo. Porque el guapo heredero, rubio y de ojos azules, (ahora cachas y tatuado) consiguió sobrevivir al frío, y ha vivido durante años en una tierra desconocida para todo el mundo, allá por el lejano oriente, donde ha sido entrenado para convertirse en un arma letal. Y ahora ha vuelto a su ciudad natal, para acabar con una grave amenaza.

Danny Rand (que no, que no hablo de Oliver Queen) terminó de cuadrar el círculo de los Defensores. Su serie no tuvo las (magníficas) mismas críticas que sus compañeras, pero aun sin tener el mismo ritmo, y aunque parece (en un principio) que no es tan oscura y violenta, fue una introducción fundamental para la magnífica Defenders. Con ese final…

Y es que ya habíamos tenido la ocasión de conocer a Frank Castle como malo (que a lo mejor no es tan malo), en la segunda temporada del hermano mayor de la familia, Daredevil, que estuvo dividida en dos partes muy destacadas, cuya finalidad era preparar el camino de Defenders, con el protagonismo de Elektra y La Mano, y presentarnos al Punisher(me horroriza eso del Castigador), al que hemos estado esperando como agua de mayo (aunque tal y como están los pantanos, debería decir agua de noviembre).

Y como por fin ha llegado el día me vais a disculpar, pero a partir de este momento pongo el móvil en modo “no molesten”, me preparo una copita de vino (blanco, el tinto me sienta fatal) y me dispongo a empezar el maratón Punisher.

Mientras tanto os dejo, a modo de recordatorio (para los despistados), esta breve hoja de ruta. Que lo disfrutéis.