La llave del misterio

¿Otra serie de misterio con adolescentes involucrados? No será otro Riverdale, Sabrina o similar, ¿verdad? No. Aunque los protagonistas vivan en un viejo y tenebroso caserón, alejado de su pequeña ciudad, y aunque los adolescentes protagonistas tengan que resolver un misterio que parece que les viene grande, mientras los adultos no se enteran de nada, o eso parece, no. Y sobre todo, los romances son una parte secundaria de la trama (aunque yo sea una Bughead shipper convencida). La verdad es que tiene mucho más el aire de Stranger Things.

La familia Locke (que en inglés significa cerradura), acaba de recibir un tremendo golpe. El padre ha sido asesinado por uno de los alumnos del colegio que dirigía. Delante de la madre y los tres hijos. Mientras el asesino le hacía preguntas sobre la Casa de las Llaves.

Para cambiar de aires, y empezar una nueva vida, después del golpe, la familia se va a trasladar de Seattle a la vieja casa de la familia paterna, precisamente a The Key House, la Casa de las Llaves. Con la ayuda del tío Duncan, el hermano del padre (si os preguntáis qué gemelo Ashmore es, se trata de Aaron, el de Killjoys), Nina (Darby Stanchfield, o sea, Abby la de Scandal), y sus hijos Tyler (Connor Jessup, el hijo mediano de Falling Skyes), Kinsey (Emilia Jones) y Bode (Jackson Robert Scott, que tan pequeño ya no le debe de tener miedo a nada, ya que también, fue Georgie en IT), la familia va a instalarse en la casa; menos mal que tienen al tío Duncan para explicarles cuál es el estudio de invierno, el cuarto de pintura, y el resto de salones de la casa, que si estuviera anunciada en una web inmobiliaria, tendría la etiqueta de «necesita pequeñas reformas». Claro que Nina es precisamente restauradora, y esta enamorada de su trabajo. Me pregunto, por cierto, cuánto costará mantener caliente el casoplón, al precio que anda el Gas Natural.

Y nada más llegar, Bode va a empezar a encontrar llaves por la casa. Llaves especiales, que ofrecen muchas posibilidades: La primera, viajar donde quieras, siempre que hayas visto una puerta en tu destino. Pero hay muchas, y no todas tan, digamos, positivas.

Y también hay una mujer misteriosa, que vive en el fondo de un pozo, y cuya voz solo escucha Bode. Y una foto de la pandilla de Rendell (el fallecido padre), en la época del colegio, cuyos componentes han ido muriendo, todos, a lo largo de los años, en extrañas circunstancias. La única superviviente, madre adoptiva de un chico con discapacidad intelectual, pronto va a intentar trabar amistad con Nina.

Pero hay más misterios, claro. Y cuando quieran darse cuenta, los tres hermanos estarán metidos hasta el cuello. Y no sólo ellos.

Si conseguís no engancharos, y levantaros del sofá antes de que se acaben los diez episodios, enhorabuena. Tenéis una voluntad de hierro.  Estamos a la espera de que se confirme la segunda temporada. Muy recomendable. En Netflix.