Corriendo entre laberintos

Hoy me acerco a la figfura de Dylan O’Brien, un actor al que conocimos por su papel en Teen Wolf.

Yo creo que un día alguien va a parar por la calle a Dylan O’Brien, y le va a decir, “Oye, en España hay una cuarentona loca, que es tu mayor fan”. Y es que he dicho una y mil veces que me parece el mejor actor de su generación. El otro día hablando con el director de Fox en España (que una tiene sus contactos, no os vayáis a creer) me decía que hasta ahora ha hecho una carrera muy interesante, y que veremos el futuro que le espera. También me dijo que los cines ya no te pueden prohibir llevar tus palomitas desde casa, algo de lo que yo no tenía ni idea.

Le conocimos en Teen Wolf, interpretando el personaje que me enganchó a la serie, y por el que aguanté, sin ninguna duda, en los momentos de bajón creativo de los guionistas. Stiles era el mejor amigo de Scott, (el Teen Wolf que en la gran pantalla encarnó Michael J. Fox, allá por los ochenta), un chico muy normal, con un punto friki, y muy poca suerte con las chicas. Poco a poco fue creciendo, y ha acabado convertido en agente del FBI, y quedándose con la chica, de la que llevaba enamorado toda su vida. Incluso pasó por una época en la que un espíritu maligno le poseyó, regalándonos un personaje, completamente distinto, oscuro y maligno.

También, en el papel muy parecido al anterior, de adolescente, algo inexperto en las relaciones con las chicas, protagonizó su primer largometraje, prácticamente desconocido en España, llamado La Primera Vez, (donde conoció a su novia). Ha hecho diferentes papeles secundarios, en otras películas o series, como la comedia Los BecariosNew Girl Marea Negra (con Mark Wahlberg, Kurt Russelll y John Malkovich). Y acaba de protagonizar, como cabeza de cartel, junto a Michael Keaton, American Assassin, en la que se convierte en un asesino, que lo único que desea es acabar con el terrorista que mató a su novia en un ataque a una playa, en la que estaban de vacaciones.

Pero el papel que, de verdad, le ha dado a conocer al público más generalista, ha sido el de Thomas en la trilogía, que ahora termina, de El Corredor del Laberinto, basado en los libros de James Dashner.

Thomas se despierta sin recuerdos y se encuentra rodeados de chicos de su edad, (ni una chica) en una especie de poblado sin civilizar, en el que todos han de hacer lo que pueden y mejor saben, para sobrevivir. De vez en cuando, a través de un ascensor, que nadie sabe a dónde conduce, ni quién lo maneja, les llegan algunos elementos básicos, y más chicos. Se encuentran rodeados por unos muros, que conducen a un laberinto que se transforma continuamente, habitado por unos seres mitad máquina, mitad bicho, cuya mayor diversión es matar humanos. En el laberinto solo se adentran los más rápidos, los corredores, buscando una salida de ese infierno.

Pero Thomas es un rebelde, y va a empezar a cambiar los planes, a ganar amigos, y enemigos, mientras va recordando pequeños detalles de su pasado. Y es entonces cuando va a pasar algo que nadie esperaba, con el siguiente viaje del ascensor, llegará una chica. Teresa. Y una nota en la que se les indica, que partir de ese momento no se les volverá a enviar ayuda. Se han quedado solos.

Para la segunda película, El Corredor del Laberinto: Las Pruebas, los chicos han conseguido salir del escenario de laboratorio que les habían preparado, y volver al mundo real, donde creían que eran los únicos supervivientes. Pero por supuesto no va a ser así, van a tener que luchar en dos frentes. El “malo”, está interpretado por otro espíritu perverso, que conocimos muy bien en Juego de Tronos, Aidan Gillen, nada menos que Meñique.

¿Que quién interpreta a los chicos? Bueno, tenemos a Thomas Brodie-Sangster, aquel niño pelirrojo y adorable de Love Actually, que se enamoraba de su compañera mulata, y que ahora protagoniza cientos de memes, comparando su historia de amor con la del Príncipe Harry y Meghan Markle (no me diréis que no se parecen); también están Ki Hong Lee, Dexter Darden o Kaya Scodelario, como Teresa.

Y, después de una espera infernal, debida a un accidente en el rodaje de la tercera película de la saga, precisamente, que casi le cuesta la vida al pobre Dylan, y que retrasó todos los trabajos que tenía programados, por fin se ha estrenado el episodio final de El corredor del Laberinto, La Cura Mortal,con mucha más acción, y de la cual os voy a contar poco, (y es que si no habéis visto las dos primeras películas, ya os he soltado bastantes spoilers), pero que os recomiendo, sobre todo ahora que, aleluya, ya se puede ver cine en versión original, en Ávila, los jueves por la noche. Gracias sean dadas al hacedor.

Publicado en Tribuna de Ávila