Vampire Academy, la película

Hay libros que deberían plantearse, directamente, no llevarlos al cine. Mejor dicho, películas que nunca deberían rodarse.

Lo tengo que decir: Hacía tiempo que no veía una película tan mala como Vampire Academy.

Los libros (en el link podéis leer más sobre ellos) son entretenidos, un cruce entre Agatha Christie, Enyd Blyton, Barbara Cartland, y, por supuesto, Stephenie Meyer. No entiendo la alusión «despectiva» a los vampiros que brillan al principio de la película. Se olvidan de que, pese a su calidad, la Saga Crepúsculo ha ofrecido un nuevo mundo a los libros de romance-sobrenatural, y sus respectivas adaptaciones cinematográficas.

No es que la adaptación del libro sea de las peores. Es que la película, insisto, es muy mala. A no ser que estuviera previsto que la emitieran un domingo por la tarde en Antena 3.

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La historia de las dos jovencitas una Vampira (Moroi) y otra Mestiza (Dhampir) que se ven obligadas, tras su huída, a volver al colegio interno en el que vivían, por un «presuntamente» atractivo joven, con fama de ser el mejor de entre los guardianes, que ha eliminado a multitud de vampiros malvados (Strigoi) es aburrida, lenta y cuenta con un cast de niñas casi monas, y de chicos que no valen nada. Ni siquiera la presencia de Gabriel Byrne ayuda.

No llegamos a conocer a los personajes, las aventuras son insulsas, la trama no se entiende, y la escena del Hechizo de Amor es la más absurda que recuerdo. Por no hablar de los «muñecos» articulados que deberían aparentar una especie de perros salvajes y malditos, y que sólo parecen eso, muñecos articulados.

No sé si tendrán prevista otra (el final así lo indica) u otras películas basadas en la saga, en las cuales deberían tener más protagonismo Rose y Dimitri. Si es así, por el amor de Dios, que le cambien el peinado al pobre chico.