¿Qué mejor manera de celebrar las fiestas, y sobrellevar el «hellatus» que volviendo a ver los mejores episodios navideños de las series que más nos gustan? Estos son mis cuatro favoritos.
Si lo miras detenidamente, es lógico que los episodios navideños sean (casi) siempre buenos. No en vano, suelen ser la mid-season finale, y los guionistas echan el resto. Eso sí, después de ver mi selección, tengo una cosa clara: Me obsesiona el canal CW.
Ah, y, por cierto, spoiler alert, lo advierto, hablo sin cortarme un pelo.
Supergirl 3×09. Reign (2017). Calificación IMDb: 9/10
Empezamos por la más reciente. Nunca pensé que los guionistas de Supergirl podrían superarse tan pronto, después del excelso episodio anterior, el del crossover. Pero cocinaron un exquisito postre de navidad, con los ingredientes justos.
Una taza de humor, protagonizada, como siempre, por Winn, al que confieso que adoro, y no sólo porque la voz de Jeremy Jordan me tiene loca (¡quiero que cante más!); sus referencias a Star Wars (serie de la competencia, no lo olvidemos) son siempre justas y necesarias. Dos cucharadas de amor, con ese romance entre James (Jimmy, definitivamente, ha crecido, sólo hay que ver esos músculos) y Lena (¡una Luthor! ya nada es lo que era) que se veía venir a kilómetros. Un buen chorro de desamor, que nos hizo brillar los ojos a todos los shippers de Karamel (estoy cien por cien segura de que volverán a estar juntos, y, además, la ligera sospecha de que Imra va a resultar ser mala).
Y, para sazonarlo, una de las mejores escenas de lucha que recuerdo, no en uno, ni dos, sino en tres escenarios diferentes. ¿Imagináis esa copa navideña de empresa, en la que dos mujeres entran volando, mientras destrozan lo que encuentran a su paso en su pelea? Y la guinda del pastel. Kara malherida, inconsciente, (no sé si os disteis cuenta de lo preocupado que estaba Mon-El, o solo fui yo), ella, la chica de acero, prácticamente indestructible, entre la vida y la muerte. ¿Puede haber un cliffhanger mejor?
Los Originales 2×09. The Map of Moments (2014). Calificación IMDb 9,1/10
Ya sé que la serie de los Mikaelson es un spin-off, pero, no sé si es por que siempre me pareció más adulta que Crónicas Vampíricas, o por Daniel Gillies, siempre la he preferido a su serie madre. Y este episodio, junto al último de la pasada temporada, son mis dos favoritos. Es una serie que voy a echar mucho de menos.
¿Que porqué me gusta tanto este episodio? Dos razones. Una, porque están todos, todos los Mikaelson, en, prácticamente, todas sus versiones. Están por supuesto los Originales originales. Klaus, Elijah y Rebekah, a la que, al final del episodio, veremos atrapada en el cuerpo de una bruja, (algo que duraría una docena de episodios, antes de que la actriz que la interpreta se convirtiera en Leyenda).
También están los dos Kol, Nathaniel Buzolic en la versión de 1914, y Daniel Sharman (el pirado de Troy de Fear The Walking Dead) en la de cien años después. Está mamá Esther, en la persona de la bruja Lenore, convertida en vampiro en transición por su propio hijo. Y por supuesto, Mikael, aunque su aparición sea breve. Finn (algún día tengo que hacer un estudio acerca de porqué los personajes llamados Finn siempre mueren), sale brevemente del ataúd donde le tienen encerrado, e incluso Freya, hace un pequeño cameo en la fiesta de Navidad de 1914, aunque me pregunto cómo es posible que nadie la reconozca.
La segunda razón es el polvazo (con perdón). Casualmente, Elijah y Hailey no han tenido ocasión de decir su deseo, pero se lo dicen el uno al otro: Ella espera que él entienda que se tiene que casar con Jackson, para salvar a sus lobos, y, por ende, a su hija. Él que ella salve a la pequeña Hope, aunque eso implique que se tenga que casar con Jackson. Y para celebrarlo, treinta y un episodios después de conocerse, y después de haber calentado el ambiente más de una vez, se regalan un numerito de equilibrio sobre los muebles. Por cierto ¿qué ha pasado con el tatuaje en la espalda de Elijah?
Arrow 3×09. The Climb (2014). Calificación IMDb 9,7/10
No es que sea el mejor episodio navideño de las seis temporadas de Arrow. Es que es el mejor episodio de la serie, sin duda. Y el mejor final en cliffhanger de los últimos años. Con Oliver Queen, literalmente, colgando de un precipicio.
No hay nada peor que una mujer despechada, y Nyssa es eso, y, además, la hija de Ra’s al Ghul. Así que, Oliver tiene cuarenta y ocho horas para entregar (a Maseo, o como quiera que se llame ahora) al asesino de Sara, o empezará a matar inocentes en Starling City. La liga de las Sombras no respeta ni la Navidad, (o Hanukkah, que me corregiría Felicity).
El problema es que a Sara la mató Thea, la hermana de Oliver. Bien es cierto que fue bajo el efecto de una droga que le suministró su padre, Malcolm Merlyn, (menudo padre), y que además tiene pruebas incriminatorias contra ella (lo dicho, menudo padre), así que Oliver va a tener que luchar a muerte contra la Cabeza del Demonio. Si gana, Thea quedará libre, y si pierde, pues también. ¿He dicho que la lucha es a muerte?
El episodio también deja su pequeño momento romántico, ese en el que Oliver le dice a Felicity que la quiere, (justo cuando ella viene de descubrir que Ray Palmer es una especie de Oliver 2.0). He de reconocer que me sé la escena de memoria. Aunque siempre he creído que la pareja perfecta para Oliver era la propia Sara, confieso que Olicity, (a veces más y a veces menos), me han ganado; si al menos ella dejara de hacer chistes malos todo el rato.
Sobrenatural 3×08. A Very Supernatural Christmas (2007). Calificación IMDb 8,8/10
De los cuatro episodios de los que os hablo hoy, este es el que tiene una peor calificación en IMDb, (bueno, un notable alto no está mal, ¿no?), pero para mi es imprescindible, cuando se trata de episodios navideños. No en vano Supernaturales mi serie favorita, y hay muy pocos episodios que no haya visto al menos tres veces. (Bugs es uno de ellos), pero es que el episodio está lleno de pequeños detalles, que es imposible dejar escapar.
Primero: La carátula especial. Todas las temporadas tienen una imagen diferente desde el primer hasta el último episodio. Y esta es una de las contadas ocasiones en las que es diferente al resto.
Segundo: Las referencias a la no-infancia de Dean, su ignorancia acerca de todo lo que cualquier niño normal ha vivido. Ni siquiera sabe quién es Mary Poppins. Cómo se vio obligado a cuidar de su hermano, sin derecho a una niñez, y cómo se sacrificó porque su hermano sí tuviera una.
Tercero: La historia del amuleto. Siempre colgado del cuello de Dean, hasta que Castiel, se lo pidió prestado. Curioso que estuviera destinado, originalmente a John.
Cuarto: Una y otra vez el amor fraternal de estos dos. Cómo les afecta el hecho de que uno de ellos vaya a morir por haber salvado la vida del otro, y que estas vayan a ser las últimas navidades juntos.
Quinto: ¡Los Winchester cantando un villancico! ¿Podría existir una razón mejor?
¿Sabéis qué? Me voy a preparar un ponche de huevo, y me voy a regalar un maratón de episodios navideños, que me lo he ganado.
Publicado en comicconspain.com