Lo dejo todo y me voy al campo

Entre tantas series de fantasía y acción, siempre viene bien hacer un hueco a otras cosas. Como esta pequeña serie costumbrista, que recuerda a Doctor en Alaska, o a la subestimada Men in Trees, o tantas otras del estilo, basada en las novelas de Robyn Carr, titulada en español Un lugar para soñar (y cuyo título original es Virgin River)

Mel(inda) es enfermera de urgencias en un hospital de Los Angeles. Tras varias desgracias ocurridas en su vida, decide vender todo, dejar su trabajo, y aceptar la oferta para ser enfermera de un médico rural, en una imaginaria ciudad rodeada de naturaleza,  llamada Virgin River.

Todas las gestiones de su contratación las llevó Hope, la alcaldesa de la ciudad, en (supuesto) nombre de Doc. La sorpresa será que Doc, no solo no tenía ni idea, sino que que no está dispuesto, ni mucho menos, a aceptar a una enfermera (y comadrona) de ciudad, a la que no conoce, y en la que no confía (y con la que además ha tenido un mal comienzo).

Mel se va a encontrar en su nueva casa, una cabaña prácticamente en ruinas (nada que ver con las fotos que recibió), en su nuevo trabajo, en el que no es bien recibida, sin apenas cobertura de móvil, a lo que, además, hay que sumar, toda la tristeza que trae de serie. Lo primero que decide hacer es emborracharse, así que irá al bar de Jack, un militar retirado, con el que va a conectar desde el principio.

Todas las caras de esta serie os van a sonar. Mel fue Sophie, la ex mujer (enfermera) de Kevin Pearson en This Is Us. Jack fue Nathan Riggs, el médico (ex militar) que sacó de su letargo a Meredith Grey. Hope fue la madre de Superman en Smallville. Doc fue el Doctor Breeland en Doctora en Alabama. Preacher fue el entrenador de Riverdale (además de haber actuado en tres papeles distintos, a lo largo de los trescientos y pico episodios de Supernatural), Paige fue Thalia al Ghul la “frenemiga” de Oliver Queen, en Arrow, y así con todos los personajes de la serie.  Pero el más importante, y por el que yo decidí ver esta serie (los diez episodios en un solo día), es Daniel Gillies que fue vampiro (muerto) en The Originals, fue otro médico en Saving Hope, (y moría al final de la tercera temporada), y también fue el Seal que moría en el primer episodio de Seal Team, y que tiene muchas papeletas de ser el próximo Sean Benn.

Mucha química, preciosos paisajes (está rodada en Canadá), con una deliciosa banda sonora, tiene ya confirmada la segunda temporada, pero, si os quedáis con ganas de más, hay publicados veinte libros en la saga. Es una producción de Netflix.

Publicado en Tribuna de Ávila