Es de Michael Crichton

Y no, no voy a hablaros de Parque Jurásico, aunque las historias tengan cierto paralelismo.

Y es que Crichton fue un prolífico escritor, pero mucha gente no sabe que, además, era médico, y que fue guionista y director. Levantad la mano si sabíais que fue creador, guionista y productor ejecutivo de Urgencias, sí, la serie que nos regaló a George Clooney.

Pero es que la lista de series y películas que tuvieron su firma es realmente larga. Entre otras se cuentan, además de médicos y dinosaurios, Diagnóstico: Asesinato (dirigida por Blake Edwards), La amenaza de Andrómeda (que fue peli y, posteriormente, también serie), El Primer Gran Asalto al Tren (protagonizada por Donald Sutherland y Sean Connery), Sol Naciente (también con Connery y Whesley Snipes),  Acoso (con Michael Douglas y Demi Moore), Esfera (con Dustin Hoffman y Sharon Stone), El Guerrero Número 13 (de Antonio Banderas), o Westworld, que, como película fue protagonizada por Yul Brynner en 1973, y que se ha convertido en una de las series de moda en el pasado 2016, y promete dar que hablar en este 2017 recién nacido.

Westworld es una gran producción, con fantásticos efectos visuales, conocidos actores, grandes interpretaciones, una historia original, con un planteamiento tremendamente curioso, con loops y flashbacks que te explican todo o te lían más, y una banda sonora memorable, que adapta famosas canciones de pop-rock a la pianola, esa especie de piano que, de niños, siempre nos llamó la atención en las películas de vaqueros, porque se tocaban solas.

Empecemos por el cast, porque no tiene desperdicio: Evan Rachel Wood, a la que conocemos por True Blood (de la que prometo hablar en un futuro, se lo debo a mi amiga Marisa) entre otras; Jeffrey Wright que hemos visto en Casino Royale, Boardwalk Empire, o la saga Los Juegos del Hambre; Thandie Newton, a la que nos presentaron, curiosamente, en Urgencias, o en películas como Entrevista con el Vampiro, Misión Imposible 2, o RocknRolla; James Marsden, el Cíclope de los X-Men, o el tontaina príncipe Eduardo de Encantada (que amenaza con secuela); Luke Hemsworth, el hermano bajito (y menos conocido) del clan (Liam y Chris superan el 1,90, mientras su hermano mayor mide diez centímetros menos), que ha participado en varias series australianas. Y he dejado para el final a dos de los grandes de la historia del cine, Ed Harris y Anthony Hopkins. Estos dos no necesitan presentación.

Por si el elenco de actores no fuera suficiente, a lo mejor el cuerpo técnico os suena de algo, aparte del nombre de Michael Crichton, claro está. Y es que la serie está creada por Jonathan Nolan (otro hermanísimo), guionista de historias tan poco conocidas (modo ironía: on) como Memento, El Caballero Oscuro, Interstellar, o la serie Person of Interest (a la que en España hemos añadido lo de Vigilados, no fuera a ser que no quedara claro). Y en la producción ejecutiva, el nuevo Rey Midas, J.J. Abrams, nada menos. El resultado, una serie con varias nominaciones a los Globos de Oro; y lo que te rondaré, morena.

Como bien decía al principio, la historia tiene cierto paralelismo con Parque Jurásico. Westworld es un gigantesco (futurista) parque temático, en el que se ha recreado a la perfección la idea que todos tenemos del salvaje oeste, al detalle. No falta el saloon con prostitutas en la barra, el sheriff, el cartel de Se Busca, los gatillos fáciles, la serpiente de cascabel escondida entre las rocas o la dulce hija del granjero, enamorada del vaquero duro de corazón blando.

Pero todos esos personajes no son reales. Son androides. Casi perfectos, pero androides al fin y al cabo. Creados, no nacidos. Sangran, y comen, y beben, y duermen, y odian, y aman, pero todo esta programado, en cuidados guiones, (que se repiten una y otra vez) para que los visitantes del parque puedan hacer con ellos todo lo que quieran. Todo. Pueden ir en una expedición en búsqueda del forajido de moda, pueden jugar al póquer, pueden acostarse con las prostitutas. Y también pueden dar salida a sus más bajos instintos y violar o matar a cualquiera de ellos, que, sin embargo, no pueden hacer daño a ninguno de los invitados, y que a la mañana siguiente volverán a despertar, completamente reparados, y sin memoria alguna de lo sucedido.

Al menos eso es lo que se espera de ellos, aunque parece que los sistemas están fallando, y empiezan a guardar recuerdos y a actuar de manera inesperada e inexplicable. Lo que va a resultar un auténtico dolor de cabeza para los programadores, diseñadores, guionistas y resto de trabajadores del parque.

Westworld es una serie de HBO, y da salida a una nueva tendencia de series ambientadas en el far west que se avecinan. Diferente y muy recomendable.

Publicado en Tribuna de Ávila