El primero de mis placeres culpables de la televisión fue la serie Dinastía (original). Me escapaba en el recreo con mi amiga Pepa, para ver, al menos, medio episodio. No creo que nadie de mi generación haya olvidado la llegada de Alexis Carrington, (o sea, Joan Collins) al juzgado con su enorme pamela. Hace un par de años el canal CW nos regaló un reboot. Hombre, no es lo mismo, pero vale para pasar un rato entretenido en días lluviosos de verano.
Culebrón de lujo por definición. Tiene tres temporadas, todas disponibles en Netflix.
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