Querida Shonda Rhimes: Te odio.

Si no has visto el episodio 11×21 de Anatomía de Grey, y no te ha pillado ningún spoiler con la guardia baja, espera antes de leer este post.

11190766_657847901026428_1710076529_n¿Por qué Shonda? ¿Por qué? ¿No tenías bastante con George, y con Lexie, y con Mark? ¿Y todos esos personajes por los que hemos llorado aunque no recordemos? ¿Tenías que matar a Derek? ¡¿A Derek?!

Solo os diré que, como no podía dormir, y eran las cinco y media, he decidido ver el episodio; entre otras cosas porque no podía esperar. En realidad ya suponía lo que iba a pasar. La serie ya se había encargado de adelantarnos que sería un episodio que no podríamos olvidar. Y desde luego que no lo olvidaremos. Pero el hecho de esperar el desenlace, no lo hace menos doloroso.

Me dejaron la primera temporada de Anatomía de Grey cuando, en España, la serie iba mediada la segunda; diez años más o menos. Una noche que estaba sola en casa, me la puse con la idea de ver de qué iba.  Por la mañana me había visto la temporada completa, y lloraba a moco tendido mientras Addison preguntaba a Meredith si era ella la mujer que se estaba acostando con su marido.

Cada vez que la han repuesto, no he podido evitar caer en la tentación de ver algún capítulo (estoy siendo un poco eufemística). Hubo un verano que entre Divinity y Cosmopolitan, me pasaba las tardes pegada al televisor, viendo episodios por tercera o cuarta vez…

10706835_197094213814822_530919846_nAnatomía de Grey fue la que me enganchó al mundo «moderno» de las series. La que me enseñó a calmar mi hambre viendo episodios en inglés con subtítulos en francés, porque las temporadas llegaban a España con retraso. Gracias a los cielos algunos canales empiezan a encontrar soluciones a ese problema.

Derek y Meredith, #MerDer. La pareja con mayúsculas. El amor incondicional, que pasó por baches, dudas, muertes, y nacimientos. Un rollo de barra de bar que se convirtió en una de las más sólidas, atractivas  y adorables historias de amor de la televisión

Como olvidar momentos como el de  aquella noche que sucumbieron. Mientras bailaban con Addison y Finn, el veterinario, no habían podido dejar de mirarse. Y Meredith acabó perdiendo las bragas (no quiero ser ordinaria, estoy hablando en sentido absolutamente literal), después de decirle a Derek que dejara de mirarla, porque no podía respirar si la miraba.

O el día que ella construyó el plano de su casa con velas, y le dijo aquello de extraordinarios 1962913_373260402822666_563017704_njuntos, en vez de ordinarios por separado.

O aquel momento en el ascensor, (uno de los miles momentos en el ascensor) cuando Derek apenas pudo contenerse y se limitaba a oler el pelo de Meredith…

Y después de todo lo que hemos sufrido… Después de pasarnos casi toda la temporada sin Derek, cuando por fin lo recuperamos, ¿nos haces esto? No podías dejarlo en Washington, no, ¿tenías que matarlo?

Quiero que sepas, Shonda, que, si hay temporada 12, (algo que veo realmente deifícil, sin Derek y sin Cristina) yo no pienso verla. Veré el episodio doble final de esta, en el que nos despediremos de Derek, y, espero, de la serie para siempre. Y no cuentes conmigo para ninguna serie más. TE ODIO.

He aquí el homenaje que la cadena ABC ha hecho a Derek. #RIPMcDreamy