Hija de Humo y Hueso, de Laini Taylor

Karou tiene diecisiete años. El pelo azul . Y dos ojos tatuados en las palmas de sus manos. Habla un par de docenas de idiomas. Estudia Bellas Artes en Praga. Acaba de dejar a su novio. Y siempre lleva consigo un cuaderno de dibujo, en el que plasma fantásticas historias de extraños personajes. Torso humano con cuerpo y cabeza de serpiente, con cuello de jirafa, pico de loro o cuernos de carnero. Seres imposibles que parecen tener una vida a través de las páginas de su cuaderno.

Pero, es que esos personajes existen, son reales. Son su familia. Karou es huérfana, y se ha criado con Brimston, Issa, Twiga e Ysri en un extraño lugar. Un oscuro local en el que Brimston (el de los cuernos de Carnero) clasifica miles de dientes de todos los animales posibles (incluidos humanos), que le traen distintos cazadores de todo el mundo, llegados a través de una puerta mágica; o a veces es Karou la que se encarga de traerlos, atravesando esa puerta que la lleva a París, o Marrakech, o de vuelta a Praga. A cambio de esos recados Brimston, le da algún Scuppy, unas pequeñas cuentas que ella puede cambiar por deseos.

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En uno de sus viajes descubre sobre la puerta una quemadura con la forma perfecta de la huella de una mano. Esa misma huella ha ido apareciendo en todas las puertas repartidas por todo el mundo. El responsable de esas marcas es Akiva. Un hombre de una belleza y una tristeza indescriptibles, cuya sombra refleja unas enormes alas a su espalda.

Karou, no lo sabe, pero está inmersa en una guerra que comenzó en otro mundo hace mil años. La guerra entre Quimeras y Serafines.