Después de los vampiros y los hombres lobo, la nueva moda, en cuanto a personajes sobrenaturales, es, sin duda, la de los ángeles. Desde Autopista hacia el Cielo, aquella serie que, en los ochenta, nadie veía (oficialmente) en la que Michael Landon nos hacía llorar (a escondidas), repartiendo milagros a diestro y siniestro cada domingo (¿o era los sábados?) los mensajeros celestiales no nos habían visitado tanto como durante estos últimos años. Y, ojo, que no siempre son los buenos de la película.
Bien es cierto que en cine siempre ha habido ángeles. Cómo olvidar al maravilloso Clarence de Qué Bello es Vivir. O a Bartleby y Loki, los dos sinvergüenzas que Matt Damon y Ben Affleck bordaron en la irreverente Dogma. También podemos recordar el drama City of Angels (versión americana de Cielo sobre Berlín), la ñoña Michael, o la violenta Legión, por poner algunos ejemplos.
Luego llegaron los libros. Varias sagas como Hush-Hush, Oscuros, Cazadores de Sombras, o la súper-recomendable Hija de Humo y Hueso (el primer libro de la trilogía es de lo mejor que he leído en su categoría) tienen ángeles, hijos de ángeles o serafines como protagonistas.
Pero en la tele, si no me equivoco, todo empezó con Castiel. El ángel que llegó a Sobrenatural en 2008, como personaje episódico, y se ha convertido en el tercer protagonista de la serie. Su arco argumental inicial giraba en torno al Apocalipsis, y cómo evitarlo. Para ello contaba con una larga nómina de acompañantes celestiales, algunos odiosos (como Uriel o Zachariah), otros tremendamente simpáticos (sin duda Gabriel, el arcángel, encabeza la lista), cuyo objetivo final era evitar el éxito de Lucifer, el ángel caído.
Por eso, cuando CW (ya sé que hablo mucho de este canal americano, pero es que emite algunas de mis series favoritas), programó The Messengers (Los Mensajeros en castellano), serie que no se ha estrenado en España, (y que sólo duró una temporada en Estados Unidos), en la que, tras la caída de un extraño meteorito, una serie de personas renacían, convirtiéndose en ángeles con diferentes habilidades (curación, sanación o premonición), con el objetivo de frenar el advenimiento de Lucifer, y, otra vez, el Apocalipsis, supongo que el público americano en general, y del canal en particular, debió de pensar, «que llamen a los Winchester».
Un año antes Constantine, (basada, como la película homónima, en el personaje de DC Cómics y de la cual tampoco me consta estreno en España) había luchado contra los demonios en la NBC, conquistando con su gabardina arrugada, su corbata floja y su voz ronca (características distintivas del personaje, que, curiosamente los guionistas de Sobrenatural aplicaron a Castiel) a un publico fiel, pero no suficientemente numeroso (entre ellos a Stephen Amell, que no paró hasta conseguir que participara como estrella invitada en un episodio de Arrow), y, tras muchos desencuentros, fue cancelada después de una única temporada en antena.
También basada en un cómic de DC (concretamente de Vertigo), pronto se estrenará en Fox USA (el piloto circula por Internet hace meses, pero, os prometo que no lo he visto) la serie Lucifer, en la cual, aburrido del infierno, el ángel caído, viene a vivir a la tierra, y por determinadas circunstancias, acaba colaborando con la policía de Los Ángeles (dónde si no) para ayudarles a resolver crímenes y a castigar a los malos. No lo voy a negar, tiene una pinta estupenda.
No me voy a entretener ni un minuto con la serie Shadowhunters, estrenada esta misma semana como primer show de Freeform (la antigua ABC Family), y que aún la estoy digiriendo. Dediqué un post completo a la saga de Cassandra Clare, y, después ver lo que ha consentido que hagan con sus libros, otra vez, no voy a gastar en ella un precioso tiempo que no merece.
Pero si hay una serie de ángeles que me enganchó, esa fue, sin duda Dominion, de SyFy. Empecé a verla por Cris Egan, el niño bueno que me enamoró en la pastelosa Cartas a Julieta (soy una romántica y esas películas me pierden.) Nada que ver con su rol del Elegido, el soldado duro, bueno y guapo, con el que no defrauda. Tampoco lo hace Tom Wisdom como arcángel Michael (qué diferencia con los Michael, Gabriel y Uriel de Supernatural), con esa estatura y ese look a lo Neo (tiene un punto Keanu Reeves, además).
Es una serie extraña, muy en la línea de Legión, la película en la que se basa, (transcurre veinticinco años después.) Los ángeles son personajes malignos y no muy listos, que, comandados por Gabriel, han declarado la guerra a la raza humana, por considerarnos responsables de la desaparición de Dios. Michael, sin embargo lucha con nuestra raza, a la que ha prometido proteger, en especial a Alex, el Elegido, al que criará como un hijo, y que según la profecía será el que liderará y liberará a los hombres. Mientras, Alex vive como soldado en la ciudad amurallada de Vega (lo que queda de Las Vegas), y ha ascendido hasta formar parte de la guardia personal de Claire, la hija del comandante de la ciudad, a la cual le han concertado un matrimonio, pero que, en realidad está enamorada de él.
Visualmente muy atractiva, y bastante explícita. Empieza fuerte, aunque sufre un pequeño bajón argumental, mientras intentas entender quién es quién, y la historia se ralentiza; aunque he de decir que los dos últimos episodios de la primera temporada me parecieron fantásticos. Y no. No me refiero (sólo) a la escena de la ducha).
La segunda temporada fue, a mi gusto, igual de espectacular. Ya desde los tres primeros minutos del primer episodio con Michael matando a diestro y siniestro… No quería que la escena acabara nunca; lástima que, desafortunadamente, también ha sido cancelada, después de esta segunda (y, para mi gusto, magnífica) temporada. No sé si las productoras deberían empezar a plantearse cambiar de temática, porque las series abundan, pero no permanecen. Es esta otra serie con ángeles, sí. Pero diferente. Muy recomendable. En España se emite en SyFy y podéis encontrar la primera temporada en DVD. Pronto saldrá a la venta la segunda.
Y ahora me callo. Ha pasado un ángel.
Nota: El vídeo es del Estreno de la serie en SyFy. Actualmente emiten la segunda temporada.
Publicado en Tribuna de Ávila