Bienvenidos al Mundodisco

Dicen que la tierra es plana y se aguanta a lomos de cuatro elefantes que están sobre el caparazón de una tortuga…

Hace ahora justo un año nos dejó uno de los mayores genios de la literatura (friki) del siglo XX: Sir Terry Pratchett. Después de luchar contra el alzhéimer durante años, el doce de marzo pasado, un mensaje en su página de Facebook nos daba a conocer su fallecimiento, a los sesenta y seis. Demasiado joven. Me sorprendió la cantidad de fans que había dentro de mi círculo de amistades, (que yo desconocía). Juntos pasamos el duelo, todos desolados por su pérdida.

Pero aún hay mucha gente que no sabe quién es. Partamos de la base de que, con más de setenta millones de libros vendidos (traducidos a treinta y siete idiomas), Terence David John Pratchett (gracias, Wikipedia) es el segundo autor británico de ficción con más ventas, después de J.K. Rowling, y, según presumía, sus libros eran (ignoro si lo seguirán siendo) los más robados en las tiendas y centros comerciales del Reino Unido.

Descubrí a Sir Terry por casualidad, cuando hace unos años cayó en mis manos un libro con una portada muy colorida titulado Tiempos Interesantes, (en realidad fue un regalo de Navidad que le hicieron mi marido) y yo, que leo hasta la parte de atrás de las cajas de cereales, (sobre todo antes de que las series me abdujeran) quise saber de qué iba la cosa.

Empecé a leer, pero no entendía nada. ¿Un planeta plano, sobre cuatro elefantes y estos sobre una tortuga navegando por el espacio? ¿Una Universidad de la Magia, más parecida a las universidades inglesas de más rancio abolengo? ¿Un gorila bibliotecario? ¿Enanos, trolls, brujas, vampiros, hombres lobo, zombis, magos?

Así a primera vista podría parecer un libro infantil o juvenil, pero si lo analizas más a fondo, es mucho más adulto de lo que aparenta; es una ácida visión de la Inglaterra más típica del siglo XX, pero adaptada a un mundo imaginario, en épocas  pasadas. No sé si me explico. ¿Recordáis cómo Los Picapiedra usaban todo tipo de animales prehistóricos adaptados a la vida moderna (de los años 60), y parecía lo más normal del mundo? Pues aquí pasa lo mismo con toda la nómina de personajes fantásticos. No deja un solo tema por tratar, siempre, por supuesto, cargado de humor inglés.

El caso es que terminé el libro y me gustó, pero como siempre tenía tres o cuatro esperando para ser leídos, no me volví a preocupar. Un día en una (ahora famosísima) tienda de cómics, de estas grandes y surtidas, me encontré una estantería llena de libros ¡de Terry Pratchett! Menudo filón. Resultó que el libro que me había leído era el decimoséptimo de una larguísima (compuesta por más de cuarenta novelas, y otros libros relacionados con ellas) colección llamada El Mundodisco.

No me pude resistir. Me compré el primero: El Color de la Magia, y seguí con La Luz Fantástica y Ritos Iguales y Mort y Rechicero y Brujerías y así hasta conseguir una de las colecciones de las que más orgullosa me siento, la de libros de Terry Pratchett, aunque aún no he conseguido terminarla (en la foto se puede ver que tengo sólo treinta y cuatro libros, y uno de ellos no es de la colección del Mundodisco, sino la Trilogía de los Gnomos en un solo volumen). Y os voy a contar un secreto: salgo en la portada de una versión especial inglesa de uno de sus libros. Muy pequeñita, junto a otros cientos de fans del autor, pero ahí estoy. (Ya os avisé que soy un “poco” friki)

El Mundodisco ha sido también llevado a la pantalla. La más importante de las adaptaciones fue una miniserie (creíais que no hablaría de series hoy, ¿a que sí?), llamada El Color de la Magia, basada en la primera de las novelas de la colección y protagonizada, (nada menos que) por David Jason, Sean Astin, Tim Curry Jeremy Irons y Christopher Lee. No la he visto nunca en ningún canal de televisión, pero sí podéis comprarla en DVD (junto a Papá Puerco o sola) en las tiendas habituales. Pero, mi recomendación es que os compréis el libro. Y si os gusta, que continuéis, como hice yo. Bienvenidos al Mundodisco.

Publicado en Tribuna de Ávila